Pablo libra una nueva batalla

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Un joven boirense con discapacidad quiere continuar sus estudios en el instituto de A Cachada junto a sus compañeros, pero Educación no autoriza su ingreso en el centro

22 sep 2018 . Actualizado a las 18:15 h.

Hay personas a las que todo les viene de cara y otras que no paran de enfrentarse a obstáculos durante toda su vida. Cuando todavía estaba en la incubadora, Pablo Godón cogió un virus que le afectó a su parte motora y le obligó a unirse de por vida a una silla de ruedas. Este revés no desalentó a su familia, que desde que era muy pequeño ha intentando ofrecer a su hijo una vida «lo más normalizada posible», empezando por tener una educación igual a la del resto de niños de su edad.

No sin mucho esfuerzo, Pablo fue pasando de curso en el colegio boirense Santa Baia, y para ello se valió de la ayuda de un ordenador que activa con la mirada y que, «aunque al principio fue bastante difícil de aprender a utilizar, ya lo domina perfectamente», confesaba ayer su madre, Charo Mayán, que desde un principio tuvo claro que quería que continuara su formación en un instituto junto al resto de amigos que ha hecho a lo largo de este tiempo. «A partir de los 19 o 20 años no le quedará otra que estar en un centro especializado, pero ahora tiene derecho a seguir estudiando como otro niño más. ¿No hablan tanto de escolarización inclusiva? Pues este es el mejor ejemplo».

Por ello, el pasado mes de marzo, cuando se abrió el plazo de matrícula, cubrió todos los formularios y realizó todos los trámites para que Pablo acudiera a las clases en el IES A Cachada. A finales de julio se puso en contacto con los responsables de la Consellería de Educación para ver si había algún problema con la escolarización de su hijo, «y me dijeron que tenía mucha prisa, que el tema era complicado y que era muy pronto. El 3 de septiembre me volvieron a decir la mismo. Ya veo yo la prisa que tenía, porque empezaron las clases y Pablo está en casa».

Lo que más enoja a Charo Mayán es que durante estos últimos días no ha parado de llamar a los distintos departamentos de Educación, y nadie le ha dado una respuesta oficial sobre dónde podrá estudiar su hijo. «Al principios hablaban de que fuera al Praia de Barraña, pero que había que hacer unas obras, y ahora ya están diciendo que a lo mejor tienen que enviarlo a un centro especial, pero nadie me confirma nada», criticó la madre de Pablo, que es consciente de que el problema está en que su hijo necesita el apoyo de un docente de Audición e Linguaxe y otro de Pedagoxía Terapéutica, así como unas instalaciones que sean accesibles.

Posible denuncia

Mayán incluso se plantea denunciar a la Xunta porque tiene obligación de escolarizar a los niños menores de 16 años, «y en este caso no lo está haciendo. Hace una semana que se inició el curso y seguimos sin ninguna respuesta». Ella, y también su hijo, no pierden la esperanza, y cada vez que Pablo y su madre se acercan por el instituto de A Cachada, al joven se le ilumina el rostro porque cree que ya va a poder reunirse con sus compañeros.

Desde la Consellería de Educación explicaron ayer que se trata de un tema muy complicado y que lo está estudiando «moi pormenorizadamente, intentando buscar a opción máis favorable para o alumno». Sin embargo, una semana después de que empezaran las clases, y seis meses más tarde de que Pablo presentara su matrícula en el instituto de A Cachada, sigue sin poder acudir a clase con sus compañeros.