En los municipios que envían sus residuos a la planta de basura de Serra do Barbanza hay un problema añadido para el uso de los contenedores subterráneos. El vaciado de este tipo de recipientes no figura en las cláusulas del contrato con la concesionaria del servicio, a lo que se suman dificultades económicas y técnicas, con lo que no pueden utilizarse. Esto lleva a que se produzcan situaciones tan rocambolescas como las que se dan en Muros, donde ni siquiera llegaron a estrenarse.
En el término muradano, se colocaron cubos bajo tierra en la fachada marítima de la localidad y en el polígono industrial hace más de tres años, pero ni unos ni los otros se han usado nunca. En Noia, en cambio, se instalaron mucho antes y sí se utilizaban, pero en este momento están clausurados y en puntos como A Carreiriña unas pegatinas advierten a los vecinos de que están fuera de servicio.
Tampoco están habilitados los contenedores subterráneos ubicados junto a la iglesia de Tállara, en Lousame.