Ribeira no es Sicilia

José Antonio Ventoso FOGUETES

BARBANZA

02 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Quien deba dinero a la Hacienda pública que pague. ¡Eso no se discute!.

Los periódicos de medio mundo celebraron la detención de una familia de armadores de Ribeira como si fuesen Al Qaeda y sus muyahidines. Una familia de armadores de Ribeira, cuyos hijos y los míos jugaron en la playa, se han convertido por el arte de birlibirloque en un clan, y sus miembros, satanizados en las redes sociales y por el Gobierno de la nación: «Nos ha felicitado Greenpeace», dijeron ufanos, olvidando que unos pocos meses ha los tildaron de anarco-ecologistas por oponerse a los sondeos petrolíferos de Canarias o a la estación Castor de gas de Florentino Pérez y los 1.300 millones de euros que lleva recibidos por no generar movimientos sísmicos en el litoral valenciano.

¿Qué hizo esta familia de ribeirenses para ser tachada de narco-pesca? ¿Dejaron de pagar a los cientos de marineros a los que daban empleo salarios que para mí quisiera? No. ¿Incumplieron normativa de la Unión Europea, capturaron especies protegidas, de inferior tamaño o con artes ilegales? No.

Esta empresa de Vidal Armadores, lo que sí hizo fue exportar el talento pesquero y la iniciativa empresarial de los ribeirenses por todos los mares. ¡A quién se le ocurre pescar a 4.000 metros de profundidad! Eso no puede ser, salvo que lo lleven a cabo empresas inglesas, japonesas, americanas u holandesas con tecnología off shore.

Lo que hacen e hicieron Vidal Armadores fue extender por los siete océanos la capacidad extractiva de nuestros barcos, explorando los vacíos legales de la jurisdicción internacional. Ellos son tahúres, pero cuando Appel instala una sede en Madrid con un empleado y de este modo burla el pago de impuestos en la Unión Europea decimos que tiene un alto nivel de stopping.

Lo que duele en algunos países es que le demostrásemos como gestionar y explotar recursos pesqueros para ellos inexistentes. Lo que enfurece es la envidia y el rencor generado por la incompetencia.

En los años noventa del siglo pasado este país se echó a la calle para protestar por la expulsión de Canadá de la flota viguesa dedicada a la captura del fletán: ¡Cinco barcos!, más manifestaciones por la expulsión de Namibia. ¿Lloraba Galicia o todo era puro oportunismo electoral? ¿Será acaso que Vidal Armadores está siendo instrumentada como chivo expiatorio para consumo interno y justificación del escaso compromiso de los estados para frenar el cambio climático?.

La capacidad logística demostrada es para sacarse el sombrero: llegar a la Antártida y a la isla Reunión, cerca de la casa de dios, pescar a 3.000 metros de profundidad, contratar mercantes, aeropuertos, aviones para poner la mercancía en Tokio o Boston y conseguir de los mercados receptividad para comprar la merluza negra a precios prohibitivos eso es de mérito, pero convertir a innovadores visionarios en mafiosos es sencillamente intolerable e inadmisible.

A veces creo que nuestra justicia no es tan distinta a la de los tiempos de la brujería: los delitos solo se consideran tales cuando conviene a los acusadores.

Mientras tanto, docenas de barcos emplean el boliche, el medio mundo y también la rapeta a docenas de metros de nuestras playas, rías y costas. Pero, eso sí, ¡dicen que todo legal!.