Escalones y «lápidas» avivan la polémica por la obra de O Curro

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

NOIA

MARCOS CREO

Son varias las claves de un intenso debate seguido en la villa y en Internet

06 nov 2014 . Actualizado a las 13:01 h.

El diseño, los materiales, el acabado... Todas y cada una de las cuestiones que rodean la actuación que se está ejecutando en O Curro de Noia es motivo de acalorados debates. Una de las obras estrella del gobierno local para continuar humanizando la villa se ha convertido en la madre de todas las polémicas que ha dividido a la opinión pública noiesa en dos bandos. Aunque al principio los defensores de la reforma de la calle eran minoría frente a los detractores, muchos reconocen haber cambiado de bando con el avance de las mejoras. Sin embargo, las posturas siguen bastante radicalizadas y las críticas al resultado de los trabajos son una constante que responde a varias claves.

El principal motivo de preocupación, y en ello están de acuerdo también muchos vecinos que ven con buenos ojos cómo está quedando O Curro, es el de la seguridad. Las obras no han finalizado -se espera que concluyan a mediados de este mes- y se han registrado ya varias caídas que en algunos casos han obligado a intervenir al 061. El mayor problema se encuentra en los escalones que hay en distintos puntos de la calle.

Unos peldaños irregulares situados bajo los portales impares, frente al coliseo Noela, registraron los primeros accidentes y, consecuentemente, las primeras quejas. Se ha tomado alguna medida, como colocar unas piedras circulares de color negro para llamar la atención sobre la existencia de un desnivel, y se están barajando otras soluciones, como colocar unas barandillas.

La escalinata del coliseo

Otros puntos conflictivos son la escalinata del coliseo Noela y la que conduce a un comercio justo al lado. En este caso, el problema está en los peldaños, demasiado estrechos para que quepa el pie de una persona adulta y en los que hay quien pronostica que también habrá más de una caída.

En cuanto a lo estético, las opiniones son para todos los gustos, y mientras a unos les parece que O Curro está quedando muy bonito o que el diseño planteado es innovador, a otros les horroriza por varias cuestiones. Primero, los materiales utilizados, que se consideran poco acordes al entorno del casco histórico o que no se adecúan al clima: «Ese cemento branco vai acabar verde», decía una vecina. Y lo cierto es que el verdín ya empieza a asomar en las zonas más húmedas.

Luego están las losas de distinto tipo y tamaño que hay quien identifica con tumbas. No faltan vecinos que bromeen con el asunto y tengan elegida ya la suya, mientras a otros no les hace ni pizca de gracia.

El último motivo de discordia es que O Curro dejará de ser una calle para convertirse en una plaza peatonal.