Marisco de Noia sin analizar llegó l mercado cuando había toxina

M. Hermida

BARBANZA

Un informe veterinario de la Xunta fija la cantidad en 7.561 kilos

19 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La investigación policial sobre la cofradía de Noia no solo atiza contra los gestores del pósito, sino que tiene partes que ponen en duda el control efectuado antes y durante el episodio de toxina que sufrieron los bancos naturales de Noia en el mes de octubre del 2013. Entre los documentos que pidió la policía y que ahora están en el sumario hay informes firmados por veterinarios de la Consellería de Mar que revelan datos sobre lo ocurrido durante la marea roja que afectó a los bancos naturales noieses y que el instituto autonómico Intecmar detectó tarde ?motivo por el que llegó a sacarse y venderse marisco afectado por la marea roja a los clientes del pósito durante dos días?. Señalan los veterinarios que no todo el bivalvo extraído en ese período fue destruido o desnaturalizado, sino que hubo 13.000 kilos que se comercializaron, y de ellos, 7.561 no se analizaron.

Lo dicho por los veterinarios es grave por dos cosas. Los técnicos, que detallan qué pasó con el marisco extraído cuando había toxina empresa por empresa ?todo el bivalvo había salido de la lonja de Noia hacia sus numerosos clientes, depuradoras, conserveras y otras firmas similares? señalan que se destruyeron o inmovilizaron 40.749 kilos de bivalvo. Otros 13.000 se comercializaron. Y de ellos, solamente 6.141 kilos fueron analizados y no daban toxina, por lo que se vendieron correctamente. ¿Qué pasó con los otros 7.561 kilos? No se analizaron. En el informe no se dice si estaban afectados o no por la marea roja, pero se habían extraído justo los días en los que la mayoría del marisco de Noia sí resultó perjudicado.

¿Falló o no la cadena?

Pero la gravedad no está solo ahí. En plena crisis de la toxina, la consellería que dirige Rosa Quintana dijo que la cadena no había fallado y que aunque el episodio era muy virulento y no había respondido a los patrones habituales, de ahí que no se detectase a tiempo la marea roja en Noia, no había llegado al mercado ni un solo kilo de marisco en mal estado, ya que los proveedores de la cofradía tenían obligación de hacer analíticas. Ahora, este informe de los veterinarios de la propia Xunta ?pertenecen al servicio de inspección veterinaria, encuadrado en la Subdireción Xeral de Gardacostas, que a su vez forma parte de Mar e Medio Rural? obliga a replantear si falló o no esa cadena. La consellería, ayer, indicó que va a revisar a fondo esos documentos.

No hace falta establecer conclusiones más allá de lo que dice, concretamente, el jefe de servicio veterinario de los guardacostas, que tras señalar que se vendieron 7.561 kilos de marisco sin analizar, señala sobre esta cantidad: «Representa la situación declarada que podría precisar investigación en profundidad en el establecimiento con el fin de concretar que el destino final normativamente fue correcto, ya que podría encubrir alguna irregularidad».

Desde la cofradía noiesa señalaron ayer que desde que el marisco sale vendido de la lonja ya no es de su responsabilidad.

El episodio de la marea roja

Si algo queda claro leyendo los informes que hicieron los veterinarios autonómicos, sobre todo el más concluyente, firmado por el jefe del servicio, es que hubo un desbarajuste total cuando se produjo el virulento episodio de toxina. Para empezar, señala que las empresas intervinieron de distinta manera con el bivalvo que habían comprado en Noia porque unas actuaban en base a las analíticas que hacían en sus propios laboratorios, que les daban positivos por toxina, y otras esperaban la llegada de las resoluciones del Intecmar, que hay que recordar que cerró los bancos de Noia el día 9 de octubre tras una alerta de la cofradía, cuando en realidad toneladas de bivalvo extraídas los días 7 y 8 de octubre estaban afectadas por la marea roja.

Hay un párrafo en el que el jefe de los veterinarios habla del marisco comercializado esos días. Y su afirmación es otra muestra más de la confusión reinante: «Entre las declaraciones de producto comercializado y consumido existen consideraciones ajustadas al procedimiento establecido como analítica favorable y comercialización, y otras afirmaciones que pudiesen amparar indirectamente actuaciones correctas, se comercializó antes de tener conocimiento del cierre, o incorrectas como comercialización sin analítica o comercialización antes de tiempo con el consiguiente riesgo de salud pública. No se puede afirmar, sería necesario que salud pública lo investigase», reza el informe veterinario que pidió la policía.