El humo provocado ayer por pequeños incendios que se repartían en varios puntos de la comarca hizo pensar a más de uno que Barbanza volvería a vivir la pesadilla de los últimos días. Al final, se trató de cinco pequeños focos, en su mayoría reproducciones, que se repartieron entre los municipios de Outes, Ribeira, Noia y Boiro. En este término se registraron varios. El que más miedo despertó fue en Goiáns, por su proximidad al emblemático pazo que hay en esta parte del municipio. Las llamas, que comenzaron a las 15.30 horas, fueron controladas dos horas más tarde por los servicios de emergencias. En Moimenta, una pequeña reproducción obligó a desplazarse a una motobomba del servicio de emergencias municipal de Noia, que también regó otras partes para enfriar el terreno. Lo mismo sucedió en el monte San Lois, en donde se las llamas recobraron vida en una zona que ardió a mitad de semana. En la parroquia ribeirense de Carreira el fuego apenas quemó terreno y en su extinción participaron vecinos de la zona.
En O Freixo se vivió una situación idéntica. El fuego que quemó varias hectáreas esta semana volvió a reproducirse en un punto, pero fue controlado a los pocos minutos.