Las etapas de Velo al frente del gobierno de Boiro se caracterizaron por los conflictos internos y los «encontronazos» con la ciudadanía Después de casi dos décadas sujetando la rosa del PSOE, Manuel Velo Velo se ha «clavado» una espina. Los socialistas boirenses cuestionan al que ha sido su líder indiscutible desde que los ciudadanos tienen derecho a concurrir a las urnas. La trayectoria política de Manuel Velo es cuando menos «peculiar» ya desde su inicio, pues no es muy usual que un candidato a la alcaldía llegue a la poltrona municipal aupado por las fuerzas de izquierda y derecha en detrimento del centro elegido por los votantes. Tampoco suele ocurrir que una moción de censura prospere en un grupo con mayoría absoluta más que holgada.
02 jun 2000 . Actualizado a las 07:00 h.La década en la que Manuel Velo blandió el bastón de mando en Boiro fue un periplo plagado de sobresaltos. Y es que su carácter hace difícil que pase desapercibido. Cosechó tanto enemigos acérrimos como defensores a ultranza con su peculiar manera de administrar la cosa pública y aún continúa lidiando para un ocaso que parece cantado. Llegada al poder. Manuel Velo fue investido alcalde en mayo del 83. Aunque el PSOE se colocó como la segunda fuerza política, los apoyos de Alianza Popular y de los comunistas de AMDG lo auparon a la poltrona municipal, desplazando a López Silva, candidato del Partido Galego Independiente (PGI), formación más votada. Ese pacto sacó a la calle a los próximos a Paquito, que se había quedado a las puertas de la mayoría absoluta. A mitad del mandato, Velo perdió el apoyo de sus aliados y gobernó en minoría. Consolidación del liderazgo. Los votantes recompensaron a Velo otorgándole en 1987 una amplia mayoría absoluta. El PSOE logró once de diecisiete ediles. Pero sus acciones pronto sembraron descontento en el grupo y, a los tres meses, se presentó una moción de censura, cuyo debate se aplazó durante más de un año. Velo se negó en rotundo a ceder el bastón de mando al segundo de la lista, José García. Moción de censura. Velo perdió la alcaldía en agosto del 88, en un pleno que se celebró en el polideportivo. De los seis ediles que firmaron la moción de censura, sólo cuatro la consumaron y lograron el apoyo del PP, CDS y de un independiente. La moción aupó a José del Río, entonces número cuatro del PSOE, al gobierno y sentó a Velo en la oposición. Último mandato. En 1991, el PSOE obtuvo ocho concejales, pero Velo ató la mayoría absoluta al sumar a sus filas al nacionalista José Regueira. En ese período, todo el grupo suscribió una moción de censura -que no llegó a presentarse- en protesta por sus actitudes hacia los funcionarios y por no permitirles ejercer sus delegaciones. En 1995, el PSOE, con Velo a la cabeza, pasó a la oposición. Logros «na patela». A favor de Velo juegan las inversiones y obras que consiguió durante su primera etapa de gobierno. En ese mandato nacieron el paseo de Barraña, la casa de cultura, el polideportivo y un horno crematorio, entre otras obras na patela. Un personaje polémico. Velo ha sido asiduo de los juzgados, tanto en calidad de denunciante como demandado. Siendo alcalde fue objeto de, al menos, dos agresiones, que llegaron un edil y de un ciudadano molesto por sus decisiones. No se salvó ni su sillón, que apareció acuchillado. También tuvo que hacer frente a varias manifestaciones, como la de los afectados por el paseo o la del apa del Praia Xardín.