Los placeros piden medidas que atajen los malos olores procedentes de los contenedores y de la limpieza de cajas

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARINA SANTALO

El sábado, sin ir más lejos, unos pestíferos efluvios dominaban el ambiente en el paseo que se abre al río de O Con

30 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La flamante reforma que está a punto de concluir en la plaza de abastos de Vilagarcía casa mal con los desagradables olores que, en los días de mayor actividad, emanan de los contenedores de basura y de tareas como la limpieza de las cajas del pescado. El sábado, sin ir más lejos, unos pestíferos efluvios dominaban el ambiente en el paseo que se abre al río de O Con, en la parte posterior de las instalaciones. «Estamos agardando manter unha reunión coa concelleira de Urbanismo e co alcalde para pedirlles solucións a este problema», señaló ayer el presidente del colectivo de placeros, Juan Carlos López.

Los comerciantes explican que el cambio de ubicación de los contenedores ha contribuido a empeorar la situación, puesto que antes cualquier fluido que desprendiesen los depósitos era evacuado a través del sistema de recogida de aguas. Ahora, en cambio, se acumulan y provocan olores en absoluto agradables.

Algo parecido sucede con la limpieza de las cajas y los utensilios que los placeros emplean para hacer su trabajo. En su día, esta tarea se llevaba a cabo en el exterior del mercado. Tras la reforma existe un espacio para ello dentro de la propia plaza. Sin embargo, indica López, es demasiado pequeño para cubrir sus necesidades en jornadas en las que la actividad se multiplica. Fundamentalmente los martes y sábados, coincidiendo con la celebración del tradicional mercadillo.

En cuanto a la conclusión definitiva de las obras, el colectivo asegura que cruza los dedos para que finalicen cuanto antes. El presidente de la asociación cree que el momento está próximo, a la vista de que los puestos del callejón que separará la plaza de la verdura del resto del edificio están prácticamente listos. Este es el único tramo pendiente de la remodelación, que se ha extendido en el tiempo más allá de las previsiones que manejaba Ravella.

Tanto la nave central de la plaza de abastos como su segunda planta reabrieron sus puertas, de hecho, en noviembre, tras ser objeto de una profunda reforma. En ella, el Concello de Vilagarcía invirtió medio millón de euros, que se completaron con los 240.000 euros que aportó la Xunta.