Solidaridad que se reparte desde Meis

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso MEIS / LA VOZ

MEIS

MARTINA MISER

La Pradera Bea Heyder pidió ayuda para los animales afectados por los incendios y lleva días distribuyendo los miles de productos que han llegado desde toda España

25 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde su casa en Meis, Bea Heyder vio, el pasado día 15, cómo ardían los montes de Arousa. Pensando en los animales que habitan en esos espacios, lanzó un grito de ayuda a través de su página de Facebook. La respuesta ha sido «increíble», explica ella misma. «Hemos recibido ayuda de toda España, de Cataluña también», asegura. Cajas de medicamentos para los animales, alimentos y hasta dinero en efectivo. Las muestras de solidaridad han sido tantas, que se ha visto desbordada. Ahora aconseja a quien quiera aportar su granito de arena que colabore con las instituciones oficiales. Ella sigue repartiendo todo lo que ha recibido entre los municipios de España y Portugal que más lo precisan. Balas de heno para unos, material veterinario para otros... «Aquí estamos mal, pero en Portugal da pena», asegura.

Heyder destaca el movimiento social que se ha generado para ayudar a los damnificados por los incendios. «Se ha agrupado gente de toda España para recoger comida», explica. A su casa, por ejemplo, no dejan de llegar paquetes. Hoy la cartera trae uno de Getafe y otro de Cataluña. Ella recoge y se encarga de distribuir. Cuenta para ello con la ayuda de Casal do Río, una clínica especializada en caballos que le ha ayudado a clasificar todo lo donado. «Me cedieron sus instalaciones y me están ayudando a clasificar todo el material, porque yo no se si los medicamentos son para caballos o para perros», relata.

La segunda parte de su trabajo es distribuir. Repartir toda la ayuda entre los que más lo necesitan o entre los que están colaborando de alguna forma. Ayer, por ejemplo, se fue a Monte Galiñeiro, en Gondomar, a llevar seis rollos de heno. «Está todo totalmente arrasado», explica. Así que, en breve, podría haber problemas con los animales que habitan estos montes, porque al querer regresar a ellos se encontrarán sin comida. Por eso dejan balas de heno, para que tengan con que alimentarse. Se ha desplazado también a la zona de Monçao, en Portugal, para dejarles algunos de los medicamentos para animales que ha recolectado. Y ha distribuido otra parte entre agrupaciones de toda Galicia, como Vacaloura. Asegura que la quema del monte perjudicará también a muchas familias, «que tenían tres vacas que comían del monte y ahora tendrán que pagarles piensos».

La Pradera se ha visto desbordada por la toda la ola de solidaridad. Por eso ahora recomiendan a quien quiera ayudar que se dirija a las instituciones. Que hable con los concellos afectados para saber qué se necesita exactamente. «Las mancomunidades de montes y los concellos van ir poco a poco pidiendo ayuda», sostiene. En sus manos se debe dejar ahora la recuperación, asegura.

Recomienda a los que quieran colaborar que se dirijan a los concellos afectados

El problema de las batidas y de dejar comida en el monte que puede dañar a los caballos

«Que paren ya las batidas». Bea Heyder asegura que los encuentros que se están organizando a través de las redes sociales para tratar de ayudar a los animales afectados por el fuego se están convirtiendo en un problema. «Tiran avena y manzanas enteras en el monte para los caballos y ellos no pueden comer eso», asegura. Por eso recomienda a los que quieran ayudar, «que cuando vengan a echar una mano hablen con la gente de allí para ver lo que necesitan», argumenta.

Días después de que el monte se quemara, a través de las redes sociales, gente de toda Galicia se organizó para ir a recorrer el monte y tratar de cuidar de los animales que habían resultado afectados. En O Salnés se organizaron batidas en Armenteira y Xiabre. Pero la iniciativa no salió todo lo bien que se esperaba. «Esa gente está mal dirigida», explica la responsable de la Pradera. Porque no disponían de los medios necesarios, ni contaban con quien les dijera cómo hacer las cosas. Eso generó problemas, «como que se dejara pienso en los montes. Los caballos salvajes no comen eso, es más, les puede hacer daño», recalca. Explica que, en breve, serán los propios concellos y las comunidades de montes las que se organicen para tratar de recuperar los montes. Y aconseja a quien quiera echar una mano que se dirija a ellos. Hacer cosas sin saber, añade, puede ser perjudicial.