La mano que alimenta a los reyes del corral

Bea Costa
bea Costa MEIS / LA VOZ

MEIS

MONICA IRAGO

Durante nueve meses crió a cincuenta gallos, de los cuales la mitad serán sacrificados hoy para vender

21 dic 2016 . Actualizado a las 11:38 h.

En la parroquia de Santo Tomé de Nogueira todavía se escucha el canto de los gallos al pie de la carretera. Solo en la casa de Lolita Vázquez se han criado este año medio centenar, veinticinco de los cuales serán sacrificados hoy para surtir las mesas navideñas y el Mercado do Galo de Corral que se celebra mañana en Mosteiro (Meis). Al sacrificio -para Lolita es la parte menos grata de la crianza- hay que sumar la tarea de desplumarlos y de limpiarlos. Es mucho trabajo para un solo día de modo que contará con la colaboración de una mujer que le suele ayudar en estas fechas.

El proceso se realiza a mano tal y como se lleva haciendo desde siempre. A los animales se le corta el cuello para que se desangren y después se escalda su cuerpo en agua caliente para que arrancarle las plumas sea más fácil. Nada que ver con los procesos industriales de producción de carne de ave. «Aquí faise todo a man e os galos andan soltos ata o último momento, estes non se meten en ningún sitio para cebar», explica Lolita en alusión a los capones de Vilalba. Pese a la fama de estos últimos, ella se queda con los gallos de su huerta, que gusta de preparar asados al horno durante todo el año. En su casa no esperan a diciembre para hincarle el diente a este manjar. «Comémolo cada quince días, gústanos moito», aunque a su nieto Miguel tiene que engañarlo para que se acabe el plato diciéndole que es cordero.

Da el pego. La carne de estas aves criadas en libertad y alimentadas con productos cien por cien naturales tiene un color, un sabor y una textura que nada tiene que ver con los pollos del supermercado, «e logo ten esa graxa que dá para facer unhas sopas riquísimas», ilustra esta cocinera profesional. Durante nueve meses son alimentados, los primeros quince días con pienso y, después, con picón, maíz, verduras «e o que atopan por aí», explica la criadora señalando el viñedo y la huerta que lindan con su vivienda.

Son las cinco de la tarde y los gallos empiezan ya a arremolinarse hacia el gallinero para recogerse. «É o traballo que dan, pechalos pola tarde e abrirlles pola mañá, logo críanse sós».

Esta vecina natural de Romai (Portas) afincada en Meis ha convivido toda su vida con gallos y gallinas. Los había en casa de sus padres y los hay ahora en la suya. De lo que duda es de que vaya a seguir habiéndolos cuando ella falte. «Os fillos xa non andan nestas cousas». Pero a ella todavía le quedan muchos ejemplares que engordar, tantos que está pensando en ampliar el gallinero. Desde que hace cinco años empezó a celebrarse la feria de Meis aumentó la demanda y, con ello, la producción doméstica en el municipio. A Lolita acuden a comprarle ejemplares desde varios puntos de la provincia: Pontevedra, Arcade, Cuntis, A Estrada... Gracias ello consigue unos ingresos extra, y nunca tiene el problema de qué hacer con el excedente porque gallo que sobra, gallo que se guarda en el congelador. «Compensa porque crías para a casa senón non daría». Lolita Vázquez tiene la logística al otro lado de la cocina: el gallinero, la leira y el maizal que le sirve de despensa para alimentar a unos animales que alcanzan entre los cuatro y los seis kilos. Y siempre reserva alguno para garantizar la descendencia, «para cando chocan as galiñas», explica.

El consumo de productos ecológicos está en alza y esta circunstancia juega a favor de convertir la cría de aves de corral en un recurso económico en las poblaciones del rural. En Meis están intentando abrirse camino en este terreno y, para animar las ventas, siguen sin subir el precio: 10 euros el kilo.

 

Mañana, limpios y desplumados

El Mercado de Nadal do Galo de Corral alcanza mañana su quinta edición. Desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde, cuando la luz empieza a declinar, una decena de criadores ocuparán los puestos instalados en el Campo da Feira de Mosteiro. No es un mercado de animales vivos. Los gallos se presentan muertos y limpios y se venden a 10 euros el kilogramo. No obstante, no estarán todos los que son. Los criadores trabajan también por encarga de manera que muchos clientes no irán a la feria y recogerán el gallo directamente en su domicilio. Y quien quiera dejarlo para Año Nuevo podrá dejarlo vivir una semana más o guardarlo en el congelador. Además de gallos, en el mercado de mañana se podrán comprar productos ecológicos y de artesanía.