Pendientes de la lluvia para poder montar la terraza

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS

CAMBADOS

Mónica irago

A Fonte do Viño, en Cambados, es uno de los establecimientos que no abrieron hoy. Las restricciones y el mal tiempo propician una discreta reapertura de la hostelería en Arousa

04 dic 2020 . Actualizado a las 14:44 h.

Los bares y cafeterías de Cambados empezaron con mal pie la reapertura. Este municipio está en nivel máximo de restricción, lo cual supone que los locales de hostelería solo pueden servir en las terrazas hasta las cinco de la tarde y al 50 % de su capacidad. Con estas limitaciones y la que está cayendo desde el punto de vista meteorológico, abrir no sale a cuenta.

Álvaro Fernández Rodríguez es uno de esos empresarios que estuvo mirando al cielo hasta esta misma mañana para decidir si abría o no. Al final se decantó por mantener el cierre porque, en su caso, no le compensa ni montar la terraza ni despachar un vino o una cerveza en el umbral de la puerta. «Que abramos vai depender do tempo». Situado en la plaza de As Rodas, en pleno casco histórico de Fefiñáns, este es un negocio que se sostiene, sobre todo, por las terrazas, y el clima no está ayudando; de sus 20 mesas doce están en el exterior. «No verán tivemos moita sorte», comenta el empresario.En Galicia no hubo restricciones a la movilidad y, a falta de vacaciones por Europa y el Caribe, media España eligió el norte. La hostelería hizo su agosto y, según los expertos, ahora estamos pagando la factura en forma de segunda ola del covid-19. Álvaro Fernández no cree que la hostelería sea la responsable y opina que los brotes van a ser un mal inevitable, más con la Navidad. «Temos que vivir con elo». En todo caso, cree que no es de recibo que su negocio esté sujeto a los vaivanes del DOG desde hace meses y que hubiera sido más acertado mantener abiertos los locales tras el confinamiento, eso sí, sujetos a estrictas medidas de seguridad. «Gardando a distancia entre mesas non debería haber ningún problema. Un 80 % da xente cumpre coas normas perfectamente». Y su experiencia es que los clientes más relajados a la hora de poner la mascarilla o usar gel hidroalcohólico se avienen a hacerlo en cuanto son apercibidos para ello.

¿Sobre las ayudas? Todas son bienvenidas y todo es mejorable, dice. «A administración debería ser máis sensible, nos marean moito. Se non tes unha boa asesoría é moi complicado». Se refiere a la tramitación de los ERTE, a los que A Fonte do Viño no es ajeno. Actualmente tiene a tres personas con expediente de regulación de empleo de las diez que puede llegar a tener en plantilla en temporada alta, y así seguirán las cosas hasta que la lluvia y el viento amainen. Entre tanto no monta la terraza en el exterior, Álvaro y su mujer trabajan de puertas para adentro preparando los paquetes de ese paté de centollo que nació al amparo del confinamiento, con gran éxito. Solo en el verano vendió dos mil latas y su objetivo es llegar a las 20.000. Es una alternativa a las opíparas mariscadas en estos tiempos de austeridad y de reuniones íntimas.