Da igual donde uno fije el foco de atención, la comarca arousana está envuelta en fiestas. Gastronómicas, musicales.... las hay para todos los gustos y edades, para que nadie se queda sin tener a donde poner rumbo. Ayer, concretamente, los amantes del pan se dirigieron a la carballeira de Ribadumia. Lo hicieron para ponerse las botas: tal variedad de pan, empanadas y postres hicieron que fuese complicado elegir por donde empezar. Pero, no solo eso, la experiencia vivencial en los Muíños do Batán y la música completaron la jornada. Mientras tanto, en A Illa y O Grove disfrutaron ayer de sus respectivos carnavales de verano.
Mucha música
Como no podía ser de otra manera, los arousanos se dejaron llevar por la música. Mientras en Vilanova apostaron por el rock, en Armenteira se decantaron por el jazz. Desde las 22.00 horas el entorno del monasterio se convirtió en el mejor lugar para escuchar a Zé Pedro.
Los amantes de las compras también tuvieron su momento con las numerosas ferias de oportunidades.