El rugbier reciclado en árbitro internacional

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El vilagarciano Jacinto Campos Fonseca, «Cachopo», exrugbier del Os Ingleses, C.R.A.T. y Universidade de Vigo, participará el próximo mes en la cita de las Series Mundiales de Rugbi 7 en Málaga

27 dic 2021 . Actualizado a las 10:39 h.

Hace cinco años, Jacinto Campos Fonseca, Cachopo, colgaba la camiseta del club de su vida, el Os Ingleses de Vilagarcía de Arousa. Tras un cuarto de siglo sobre los terrenos de juego y después de haber declinado en su día la oportunidad de retomar su breve etapa en el Universidade de Vigo para gozar de la experiencia de jugar en División de Honor, tenía claro que el rugbi debía seguir formando parte de su vida. Cachopo quería seguir sintiendo la sensación de correr detrás del oval. Y para ello, solo había un camino. Inició así una nueva trayectoria deportiva, la de árbitro, en la que en solo cinco años ha mostrado una fulgurante progresión que en cuestión de menos de un mes lo llevará a formar parte del engranaje de la tercera cita del HSBC World Rugby Sevens Series, el gran evento por entregas de selecciones nacionales de rugbi 7, modalidad olímpica, a disputar del 21 al 23 de enero en Málaga.

El rugbi llegó tarde a la vida de Cachopo. Tenía 17 años cuando un amigo «lio a toda la pandilla para que probásemos con Os Ingleses, que estaba formando su primer equipo juvenil», recuerda.

Un par de partidos duró en el conjunto de formación. «Por calidad», cuenta Cachopo, se lo agenció el primer equipo. Y maldita la gracia que le hizo en un primer momento: «Yo quería jugar con mis amigos y además, en aquel momento, el reglamento fijaba que solo se podía cambiar a los jugadores que salían de inicio a los partidos por lesión, con lo que los primeros encuentros poco jugué». Por suerte para el rugbier y Os Ingleses, esa calidad declarada por el protagonista le concedió pronto la titularidad en funciones de zaguero, ensanchando los cimientos de la que, con los años, se convertiría en una larga carrera deportiva.

Un cuarto de siglo que Cachopo disfrutó en el club de su pueblo entre la liga autonómica y la Primera Nacional, con dos breves pasos por el CRAT de A Coruña, con el que se estrenó en esta última liga en el 2002, cuando todavía era la categoría de plata del rugbi español, y el Universidade de Vigo. Y si de su temporada de ala en el conjunto herculino guarda el recuerdo de su primera fase de ascenso a División de Honor y su estreno en el prestigioso Seven Internacional de Madrid, de las dos en el cuadro olívico Cachopo lamenta la única espina clavada que le queda en todo este tiempo de dedicación al oval. Titular indiscutible en División de Honor B, alternando las posiciones de zaguero y ala, el vilagarciano se sintió impelido a abandonar el Universidade de Vigo por «temas familiares» en la antesala del ascenso a la máxima categoría. «Me llamaron cuando ascendieron para que volviese con ellos, pero había cambiado de trabajo y no quería arriesgarme a una lesión», explica. Es por ello que «me quedó la espina de no haber disfrutado de la experiencia de competir en División de Honor». Una punzada anestesiada por la consciencia de que «sé que si quisiese, habría jugado en la élite. En ese sentido, estoy tranquilo», declara el hoy árbitro.

«Hay que probarlo»

Con 43 años, Cachopo entendió llegado el momento de la retirada como jugador. Pero con la idea clara de que «seguiré siempre ligado al rugbi». Una conexión que resume en una frase que suena conocida a quien haya hablado con cierta frecuencia con practicantes del deporte del balón oval: «Como digo yo, hay que probarlo». Con el ambiente de camaradería generado dentro del vestuario y con los rivales forjando lazos como pocas disciplinas.

«Me retiré y pasé a arbitrar», apunta Cachopo. Encadenando los cursos de nivel 1 y 2 con rapidez, para ver ralentizado su estreno como colegiado nacional por la pandemia. «Mi primer arbitraje creo que fue en un partido entre Vigo A contra Vigo B de Liga Gallega Sub 14», relata: «Las primeras veces lo viví con nervios, mal colocado. Llevaba tantos años de jugador que me colocaba demasiado cerca, casi como para querer coger el balón». Pero pronto se adaptó, al tiempo que se halló con una sorpresa de lo más grata: «Lo que más me enganchó es que disfrutaba de los partidos. Estás tan involucrado, que me vi formando parte de los partidos. No pensé que el arbitraje me fuera a llenar tanto».

Jacinto Campos se aprestaba a iniciar en la División de Honor Catalana la serie de arbitrajes con la que superar el último trámite para alcanzar la categoría básica de colegiado nacional, justo cuando se decretó el estado de alarma en España. El parón retrasó hasta este año su ascenso, que hoy le permite dirigir partidos Sub 23, de División de Honor B o ejercer de asistente en División de Honor, tanto masculina como femenina.

Arbitrando a la élite mundial

La semana pasada el vilagarciano recibía de la Federación Española de Rugbi la notificación de los partidos que le tocaban para enero. Y entre ellos, sin más explicación, figuraba la cita de las World Rugby Sevens Series en España, segundo de los ocho países de cuatro continentes que recorrerá su presente edición. «Las series cayeron de rebote en España, la Federación no paró las ligas y tenía necesidad de muchos árbitros, por lo que nos designaron a mí y a mi compañero de Lalín Santiago Castro», cuenta el arousano.

La noticia fue «una alegría» para Campos, que podrá arbitrar a algunas de las doce mejores selecciones femeninas y 16 masculinas del planeta, incluidas las vigentes campeonas olímpicas. «Más que esto, poco hay; un Mundial», dice. Quién sabe. Al fin y al cabo, la carrera colegial de Cachopo no ha hecho más que empezar.

Personal

Jacinto Campos Fonseca (Vilagarcía de Arousa, 21/II/1973) trabaja en la fábrica de casquillos para hélices de grandes barcos y para maquinaria eólica e hidroeléctrica Svenska Bearing de Cambados.

Deportiva Cachopo descubrió el rugbi con 17 años de la mano del equipo de su pueblo, Os Ingleses, donde militó la mayoría de su cuarto de siglo como jugador. El CRAT, una temporada en Primera Nacional, y el Universidade de Vigo, dos en División de Honor B, son los otros clubes de su carrera. Es árbitro desde el año de su retirada, 2016.