La subida de la luz estrangula a las peluquerías

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Mónica Irago

«Ni podemos reducir el gasto, ni aumentar nuestras tarifas», dicen desde el sector

03 sep 2021 . Actualizado a las 23:20 h.

Que el precio de la luz bata sus propias marcas y alcance cotas históricas se ha convertido en algo cotidiano. Las cotizaciones están disparadas, haciendo temblar las economías domésticas, alterando la realidad de la industria y, también, poniendo contra las cuerdas a pequeños negocios, como ese ronsel de peluquerías y establecimientos de estética que abren sus puertas en las calles de nuestras ciudades, villas y pueblos. «Este tipo de establecimientos está viéndose especialmente castigados por la subida del precio de la luz», señala Rocío Louzán, la presidenta de Zona Aberta (Vilagarcía).

En la Peluquería París, en la capital arousana, Gonzalo Gil tiene claro que «este es uno más de tantos golpes» que sufre el sector. Él ha recibido ya algún recibo «y donde el año pasado había pagado 140 euros, este año he pagado 210», explica. Y eso, en una peluquería de caballeros, «en la que se usa menos el secador y los aparatos eléctricos», sentencia.

Marta Martínez, que regenta una peluquería en Cabeza de Boi (Meis), también tiene claro que la subida de la luz va a castigar especialmente a un sector como el suyo. «E non temos nada que facerlle», puntualiza. «En primeiro lugar, o horario de apertura dos nosos negocios coincide cos momentos nos que a luz está máis cara, e non pode ser doutro xeito. Que facemos, abrimos as tantas da noite?», se plantea esta mujer, vicepresidenta de la Asociación Provincial de Peluqueros de Pontevedra. Los horarios no se pueden tocar, y el consumo tampoco se puede reducir. «Como non apaguemos os secadores...», ironiza Martínez.

A juicio de esta peluquera, «se as cousas seguen así, teremos que acabar subindo as nosas tarifas». Claro que esa es una medida a la que el sector se resiste por varias razones. La primera, porque hay un enorme ejército de personas que ofrecen servicio de peluquería desde la esfera de la economía sumergida. Competidores desleales, dicen, que reducen mucho sus opciones de negocio y que juegan con la gran ventaja de los precios bajos. «A esa xente non a controla ninguén», se lamenta Martínez. Frente a ese colectivo, las peluquerías siguen teniendo que afrontar un IVA de 21 %, una subida adoptada hace nueve años «e que ía ser temporal, pero que quedou aí sen que ninguén faga nada por remedialo». Y no podemos olvidarnos de la pandemia, con todas las restricciones y nuevas costumbres que ha obligado a implementar en las peluquerías, aumentando los costes de producción.

Ese goteo de problemas, apuntan desde UPTA, es el responsable de los malos datos que, en el territorio nacional, ha registrado el empleo autónomo durante el mes de agosto, con 7.358 afiliados menos. Aunque Galicia figura entre las comunidades en las que el golpe ha sido menor -ha ganado 99 afiliados-, la tendencia no es esperanzadora.