Las peluquerías de la zona barajan subir precios por el alza de la luz

andrea otero / j. b. LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

El recibo casi se duplica en algunos negocios y se suma al impacto de la pandemia

01 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado mes de junio entró en vigor el nuevo recibo eléctrico, que ha encarecido la factura de la luz hasta máximos históricos. Las nuevas tarifas se dividen en tres intervalos diarios, coincidiendo los precios más caros con las horas de máxima actividad y con las jornadas laborales. Por otro lado, los precios más bajos se sitúan en la madrugada, es decir, en las horas de menor actividad. La hora más barata del día se sitúa entre las 04.00 y las 05.00 de la madrugada y la más cara entre las 21.00 y las 22.00 doblando el precio por kilovatio, de poco más de 15 céntimos a casi 30.

Este hecho está perjudicando a los comercios de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, sobre todo a aquellos más pequeños con tarifas similares a las de domicilios. Las peluquerías necesitan diariamente un elevado consumo de energía durante el horario laboral y están observando cómo sus facturas llegan a duplicar los gastos mensuales. Los secadores, las bombillas encendidas todo el día, los termos eléctricos o los solarium son algunos de los elementos que necesitan una constante fuente de electricidad. La subida de la luz, junto con el covid, está provocando el cierre de varios salones en el país y en la zona.

Una de las soluciones para compensar la elevada factura de la luz sin perder demasiados ingresos es la subida de los precios de las peluquerías. En la peluquería Mahía de Silleda valorarán en breve si es necesario o no ya que «é un mercado moi variable polo que os gastos non son iguais en todas as épocas». Para María, al ser un mercado muy variable, es necesario realizar un balance y para ello necesita más de dos meses de prueba. Por lo que el tiempo dirá si es necesario o no elevar las tarifas que cobra de su negocio.

También hay peluquerías en la zona que, por el momento, no notan los estragos económicos de la subida eléctrica. En la peluquería Gaiteiro de A Estrada indican que «temos contratada unha tarifa plana entón mantivéronnos as cuotas como as tiñamos, polo que de momento non o notamos demasiado economicamente». En la peluquería lalinense RoyAm afirman tener «moita sorte neste verán marcado pola subida eléctrica». En su local presentan un ventanal de grandes dimensiones por lo que entra una gran cantidad de luz natural. «Polo momento non temos case gastos de ter a luz encendida todo o día, algo que repercute moito na factura», indica Rocío. Sus expectativas para el invierno no son demasiado buenas ya que «ímolo notar máis ao ter a luz prendida todo o tempo».

La mayoría de las peluquerías de las comarcas no se plantean el cierre a pesar de estar en una de sus peores épocas. La subida del precio de la luz en un 33 % y las consecuencias económicas que la pandemia del covid deja a su paso son para los negocios un gran obstáculo. La falta de eventos como bodas, bautizos y comuniones también ha hecho que este verano se trabaje menos de lo habitual, a pesar de que poco a poco la situación sanitaria mejore. Las peluquerías se decantan por resistir y esperar a que vengan tiempos mejores.

«Antes desta subida pagaba sobre 400, agora foise a máis de 700»

Para la mayoría de peluquerías la subida del precio de la luz es más que notable. Dora Albor, de peluquerías Dora, indica que «antes desta subida pagaba sobre 400, agora foise a máis de 700» llegando a duplicar la cifra total. Por el momento están aguantando sin subir los precios pero como indica Dora «perdendo cartos». Si la subida sigue perpetuando la única solución que les queda es elevar los precios del negocio ya que «é moi difícil sosterse así, porque dous meses podemos aguantar, pero un ano non», señala Dora Albor.

«Lo peor de todo esto es que el que siempre paga el pato es el consumidor»

Una de las posibles actuaciones futuras de las peluquerías es la subida de precios. Sandra Alonso tiene un salón en A Estrada y afirma que en su caso «la factura se dobló casi en su totalidad». En el salón estradense no ven el fin del techo de la subida y presienten que una de las medidas que tendrán que tomar a largo plazo es subir los precios de sus servicios. «Lo peor de todo esto es que el que siempre paga el pato es el consumidor», indica Sandra. Para ella las empresas no pueden, en muchos casos, asumir la totalidad de la subida de la luz ya que «también necesitamos ingresos». Muchos hogares programan sus actividades en función del precio más bajo pero «nosotras no podemos elegir a qué hora encender un secador», lamenta Sandra Alonso.