Cuando el museo provincial fue de oro

La Voz PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

CAPOTILLO

En junio de 1996 la Xunta de Galicia concedió su máximo galardón a la institución cultural fundada en Pontevedra en 1927 y que desde entonces no ha dejado de crecer para ser un referente cultural

25 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Museo de Pontevedra es de oro desde 1996, cuando en un consello de la Xunta celebrado en el mes de junio de aquel año se acordó conceder a la institución provincial la medalla de oro de Galicia, el máximo reconocimiento institucional que concede el gobierno autonómico. La Voz recogía la noticia de la concesión de la distinción (de la que se haría entrega el 25 de julio) destacando que «se reconoce la trayectoria de una institución creada en el año 1927 para recoger la obra desarrollada por la Sociedad Arqueológica desde 1894».

En aquella misma sesión del consello de la Xunta se daban a conocer también las medallas de plata y bronce de Galicia, y se subrayaba que estas obedecían «a la decisión personal» del entonces presidente autonómico, Manuel Fraga. Concretamente, se otorgaron medallas de plata a Amigos da Cociña Galega, Carlos Antonio Areán, Adegas Joaquín Rebolledo, Miguel Enrique Cabanela, Luis Calvo, Dasio Carballeira (a título póstumo), José Manuel Cortizo, Shigeichiro Kanamori (Kintetsu), Grupo Leyma, Metalúrgica Galaica, José Luis Pardos, tripulación del velero Sebastián de Ocampo y Grupo de las Fuerzas Armadas Unidad de Focas 43.

En cuanto a las medallas de bronce que se otorgaron cuando el Museo de Pontevedra recibió el distintivo de oro fueron para José María Ballesteros, Ramón Berdullas, Francisco Calvo (Xan das Canicas), Manuel Ceide, Cooperativa Jesús Nazareno, Cooperativa Vitivinícola do Ribeiro, Marcelino Couso, José María Díaz Fernández, Ramiro Gordejuela, Leonor Jácome, Darío Lamazares, Restaurante Cierto Blanco, Luis Rodríguez Vázquez, Manuel Suárez y José María Vallejo.

Volviendo al Museo de Pontevedra, aquella medalla de oro de Galicia constituye uno de los reconocimientos a nivel institucional más grandes que posee la institución, que desde hace ya más de noventa años ha venido desarrollando una ingente labor de difusión cultural.

El Museo nació, bajo los auspicios de la Diputación de Pontevedra, el 30 de diciembre de 1927 y su apertura al público tuvo lugar en agosto de 1929. Está, pues, a punto de cumplir 90 años como referente de la cultura gallega.

Tuvo su origen, como reflejaba aquella crónica de La Voz, la Sociedad Arqueológica, una entidad derivada de la tertulia de Casto Sampedro en la que participaban nombres como Castelao, Álvarez Limeses, Sánchez Cantón o Losada Diéguez. Estos personajes vigilaron el nacimiento de la entidad y su desarrollo en sus primeros pasos. La Sociedad tenía desde 1894 dos salas en el edificio de la Diputación en las que fue acumulando, según recoge Sánchez Cantón en su libro El Museo de Pontevedra, «piedras viejas», libros y otros objetos.

En diciembre de 1927, bajo la dirección de Daniel de la Sota en la Diputación Provincial, se creó el Museo. Y fue en agosto de 1929 cuando abrió por primera vez al público en el edificio Casto Monteagudo.

El acto tuvo lugar en la víspera de la festividad de la Peregrina, y los promotores decidieron ir a celebrarlo tomando un vino en el Carabela, en la plaza de la Estrella.

En 1935 se reformó este primer inmueble y, posteriormente, en 1942 el Museo se amplió por el edificio García Flórez, contiguo al palacete de Casto Monteagudo.

La institución entró en el siglo XXI con una profunda renovación que le llevó a ampliar sus instalaciones de manera notable. Primero, con la incorporación, en diciembre del 2002, del antiguo Bar Rianxo, entre las calles Pasantería y Laranxo. Y posteriormente, en el 2013, con la inauguración del Sexto Edificio, un inmueble de nueva planta que ocupa el solar en el que en su día se levantaba el Antiguo Hogar.

Relevo en la dirección

El Museo de Pontevedra es hoy una institución en plena madurez, que con el Sexto Edificio dio un salto exponencial tanto en la posibilidad de exponer sus amplios fondos como para la organización de exposiciones temporales. Hoy supera de largo los 150.000 visitantes anuales. Como ejemplo, ayer se dio a conocer que una de las últimas muestras temporales, la titulada Carlos Maside en Combarro 1952, recibió cerca de seis mil visitantes en apenas seis semanas.

En este mismo año se produjo un cambio en la dirección de la institución, ya que fue nombrado José Manuel Rey García, licenciado en Xeografía e Historia y especialista en gestión del patrimonio arqueológico, que participó como becario en las primeras excavaciones en O Burgo y hasta su nombramiento venía dirigiendo el Parque Arqueológico de Arte Rupestre de Campo Lameiro desde el 2011.

Sustituyó en el cargo de Carlos Valle, que estuvo al frente de la entidad pontevedresa durante 32 años, y que, obviamente, era el director en el momento en el que la Xunta de Galicia concedió al Museo su medalla de oro. En el acto formal de aquel 25 de julio, Valle acompañó al director emérito, Filgueira Valverde, que fue quien recogió el distintitivo autonómico.