Un mapa de emociones para los turistas

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Olalla Rúa ha creado un proyecto turístico con el que quiere atraer al público internacional hasta la Galicia más genuina

02 feb 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

«A xente esquecerá o que dixeches, o que fixeches, pero non esquecerá como lles fixeches sentir». Olalla Rúa pronuncia las famosa cita de Maya Angelou como si fuese un salmo. Esas palabras tienen para ella un gran valor simbólico, ya que en ellas encontró una de las llaves de Breathin Galicia, el proyecto turístico que acaba de lanzar al mundo. Y cuando decimos mundo, queremos decir exactamente eso. Porque Olalla Rúa, arousana de adopción, está convencida de que Galicia es un tesoro, un paraíso. Un Edén capaz de seducir al viajero internacional, que busca en todos los rincones del mundo experiencias auténticas, de esas que merecen ser vividas. «E aquí temos moito que ofrecer», dice Olalla. «Nós non lle damos moito aprezo a cousas que forman parte do noso día a día, pero para quen vén de fóra é algo sorprendente. Por exemplo, o de asustar o polbo é algo co que os turistas alucinan. Ou cunha cociña de leña», relata. Por su boca habla su experiencia de guía turística titulada que ha acompañado a muchos visitantes Galicia arriba, Galicia abajo.

De todos los conocimientos extraídos de esos viajes surgió Breathin Galicia. Una empresa que nace con la vocación de ser «un mapa de emocións vinculadas a experiencias turísticas que pretenden, ademais, ser integradoras co territorio no que se desenvolven, e honestas». Olalla hace una oferta «alonxada do turismo masificado» y que se centra en brindar a cada uno de los visitantes que lleguen hasta nuestra tierra una emoción que merezca la pena ser recordada. El cansancio y el sabor a sal de un dura jornada de pesca en A Illa. Los olores de las bodegas en las que los alquimistas de las Rías Baixas convierten la uva albariña en el príncipe de los vinos blancos. El tacto de la piedra de los rincones más sorprendentes de Cambados.

La idea consiste en ir un poco más allá del «turismo de experiencias». Porque la experiencia, si no se vincula a una emoción, pierde parte de su sentido. Para construir esa oferta, Olalla sigue buscando cómplices que le ayuden a dar forma a sus iniciativas, pero a estas alturas cuenta ya con grandes aliados; personas que ha ido conociendo aquí y allá, y en las que ha reconocido el talento suficiente para aportar un valor extra a cualquier excursión, convirtiéndola en algo extraordinario, inolvidable. «A miña idea -explica Olalla- é ben sinxela. É como cando vén visitarnos un amigo da outra punta da península. Queres levalo a que coñeza o mellor de nós. Lévalo a un furancho, a facer unha ruta de sendeirismo... Queres que se leve un bo sabor de boca. Pois iso mesmo é o que eu quero facer cos turistas».

La formulación es clara. Y se sustenta sobre un estudio muy riguroso del potencial turístico de las Rías Baixas -que en eso de atractivos y encantos van sobradas- y de los potenciales clientes. Y es que este turismo de emociones va dirigido a un público muy específico. «Xente de mediana idade, a partir dos 43 ou 44 anos, de nivel económico medio-alto, e procedentes de países como Estados Unidos, Inglaterra ou os Países Nórdicos», dice Olalla. ¿De dónde piensa sacar a esa gente? Asegura nuestra guía que muchos vienen solos. «Hai un tránsito de xente moi interesante e do que non acabamos de ser conscientes», relata. Y tiene dos vías de entrada principales: el Camino de Santiago y los cruceros que hacen escala en los puertos gallegos. En el caso del de Vilagarcía, por ejemplo, la propuesta de Breathin Galicia parece encajar como anillo al dedo, porque los barcos que aquí atracan suelen ser pequeños, llenos de viajeros más selectivos, más dispuestos a acercarse a la realidad de los lugares que visitan desde una óptica diferente, alejada de los grandes tópicos.

Las oportunidades están ahí fuera. Olalla está dispuesta a aprovecharlas. Por ella, y por una tierra que se puede vivir y disfrutar de mil maneras, en la que se pueden experimentar mil emociones.