El parque que ha perdido sus caminos

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La hierba de la Pampa y los matorrales se han adueñado del área recreativa de Pinar do Rei

02 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre un viejo vertedero de basuras, el área recreativa de Pinar do Rei debería haberse convertido en un ejemplo de regeneración. A cuenta del convenio de compensación por las obras del AVE, el Adif recibió la encomienda de coger ese suelo dañado y reconquistarlo para uso ciudadano. Hace un año, el concejal Lino Mouriño y un representante del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias se dieron un paseo por la zona para constatar el cambio que esta había sufrido y para analizar los detalles que faltaban por cumplimentar antes de entregar esa obra al Concello. Deberían volver a hacer el recorrido por Pinar do Rei, porque el espacio ha vuelto a sufrir una transformación importante. Olvidado en medio del Xiabre, este recinto ha sido inundado por la vegetación, abrazado por la dejadez.

No hace falta asomarse demasiado para ver que las sendas trazadas en su día sobre la superficie del parque se han vuelto invisibles. El proyecto de regeneración de la zona incluía la plantación de una serie de árboles que, con el paso del tiempo, debían crecer y ofrecer buena sombra a quienes acudiesen a disfrutar del lugar. Pero la falta de atención y de cuidados ha provocado que algunos de esos ejemplares se hayan adueñado de los caminos junto a los que crecen. No son los únicos. Tojos y zarzas se extienden, sin control, hacia las zonas reservadas al paso. Y lo que se esperaría verde pradera, se ha convertido en un mar de hierbas quemadas por el sol y la falta de agua, enmarañadas en todo tipo de arbustos. No falta nadie en este canto al abandono: en varios puntos brota, con afán de conquista, la famosa hierba de la Pampa, una especie invasora que, si no se toman cartas en el asunto, pronto se habrá enseñoreado del espacio.

El proyecto de regeneración incluía, también, la colocación de bancos y papeleras para dar servicio a quienes acudiesen al pretendido parque forestal. La mayoría del mobiliario que se había instalado en el lugar -las últimas piezas hace un año- sigue en su sitio: lo protegen tantos obstáculos, espinas y ramas, que la mayoría de ellas son inalcanzables para quien quiera usarlas. Las pistas que ciñen el contorno del parque son, de todas las actuaciones realizadas en su día por el Adif, las que presentan mejor cara. Al menos, el camino está expedito de obstáculos invasores.

Los usuarios

Para llegar a ser el gran parque forestal prometido en su día, el de Pinar do Rei necesita cuidados urgentes. El recinto suele recibir bastantes visitas durante los fines de semana, cuando numerosos voluntarios se acercan al refugio de animales situado a un tiro de piedra para pasear a los canes que lo habitan. Cada vez son menos los que deciden utilizar las calles, sembradas de maleza, del área recreativa.