Una protesta entre «salves» y empanadas

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Mónica Irago

Los pensionistas insisten en su petición de realojo un mes más tarde de que su sede fuera vallada

17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si alguien había calculado que el revuelo de los jubilados de la Casa do Mar se apagaría con el paso de los días tras su desalojo ha fallado en sus predicciones. Ayer, 41 días más tarde de que se efectuara el cierre, una treintena de pensionistas participaron en una protesta callejera a las puertas del edificio que, desde luego, no pasó desapercibida.

La jornada fue completa. Para empezar, los jubilados asistieron a una misa en la capilla de Santa Rita, que ya se sabe que es la patrona de los imposibles, y además ayer se celebraba el día del Carmen. Luego hubo paseo desde Vista Alegre hasta la avenida de A Mariña. Allí ya estaban situadas las carpas, que asegura José Cao -presidente del colectivo- que fueron facilitadas por el Concello «porque los pronósticos daban lluvia», y hasta allí se fueron acercando también los integrantes de la coral Rosalía do Castro.

Alrededor de las 12.15 fueron ellos los encargados de interpretar una Salve muy especial, situados tras la pancarta en la que se critica el cierre del centro social. Fue el pistoletazo de salida a la reivindicación callejera. Tocaba más tarde reponer fuerzas con unas buenas viandas entre las que no faltaban las imprescindibles tortilla o empanada. Y hubo, por supuesto, una animada tertulia que se prolongó hasta media tarde.

Toda una jornada de reivindicación que llega después de que el ISM decidiera cerrar el local que utilizaban los jubilados como sede por el riesgo de desprendimientos que afecta al edificio.

El proyecto de reforma de la Casa do Mar arrancaba sobre el papel en el año 2014, pero la falta de un acuerdo para encontrar una nueva sede para el colectivo de pensionistas lo ha mantenido parado desde entonces. El traslado de todas las tramitaciones realizadas con la gestión especial del mar ya se realizó hace unos meses a las galerías Gallego, pero las obras todavía no han comenzado. Según los cálculos del Ministerio de Fomento, los trabajos de reforma del inmueble se prolongarán durante al menos un par de años.

Entre tanto, y mientras no se llegue a un acuerdo entre las partes, el colectivo de pensionistas asegura que mantendrá sus reivindicaciones. «Hay que seguir, claro que vamos a seguir», apuntaban ayer al mediodía. Y no parece tarea sencilla conseguir que cambien de opinión.