Completando el milagro de Setecoros

Rosa Estévez
rosa estévez VALGA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Don Paulino, el cura de esta parroquia, acaba de lanzar una nueva campaña para restaurar, esta vez, la nave de la iglesia

20 sep 2021 . Actualizado a las 19:18 h.

A Don Paulino, el día se le queda corto. Para el cura de Setecoros (Valga), encargado de atender además las almas de parroquianos de otras localidades, las 24 horas por jornada no le llegan a nada. Además de su primera obligación, se encarga el sacerdote de cuidar los olivos que hace unos años plantó alrededor de la iglesia parroquial, y que ya han dado su primera cosecha. Y, entre faena y faena, no para la cabeza de este hombre de alumbrar ideas. Gracias a su fértil imaginación, capaz de soñarlo todo, consiguió hace unos años rehabilitar los hermosos capiteles de la iglesia, una joya que permanecía olvidada y maltratada por los años. Luego, puso Don Paulino el ojo y los esfuerzos en lograr rejuvenecer el retablo. Ahora quiere completar el milagro, y para ello se ha elaborado un proyecto de restauración de la nave del templo.

Las cuentas ya las ha echado. Para lograr el objetivo haría falta un presupuesto de 32.555 euros, un dinero que habrá que reunir. ¿Y cómo? La Diputación asumió el coste del primer proyecto, el de los capiteles. El retablo corrió a cargo de las aportaciones realizadas por los vecinos de Valga y los pequeños empresarios de este municipio. Y ahora ha decidido el cura llamar a la puerta de entidades financieras y fundaciones culturales que suelen apadrinar este tipo de acciones con las que se persigue sacar brillo a nuestro patrimonio histórico, artístico y cultural.

Las cartas solicitando ayuda para acometer la reforma ya han sido remitidas, y a Don Paulino le toca esperar con paciencia la respuesta. En cualquier caso, todo está listo para recibir el esperado «sí». «Ya tenemos los permisos de Patrimonio», anuncia el sacerdote.

Pero, ¿qué queda por hacer para que el templo esté completamente restaurado? En esta ocasión, la actuación que se quiere ejecutar pasa por restaurar la bóveda y las paredes de la nave principal, además de por renovar una instalación eléctrica antediluviana. Eso hará cambiar la fisonomía del noble edificio, porque «una de las cosas que se quiere hacer es eliminar el recebado que cubre las paredes. La calidad de la piedra es excelente y merece quedar a la vista», explica Don Paulino Sánchez.

Cuando todo esté hecho, quedará una última pieza para completar el milagro de Setecoros: darle un lavado de cara a la piedra exterior del edificio. De ello se encargarán los vecinos de la parroquia. «Aquí hay muchos jubilados que en su día fueron canteros y que saben hacer muy bien ese trabajo», asegura Don Paulino. Su intención es devolver a la iglesia la brillantez que la acompañó durante siglos, y de la que dan cuenta tanto los capiteles tardorromanos, como el hermoso retablo barroco.

Cuando ese objetivo se cumpla, los olivos ya habrán crecido lo suficiente como para formar una hermosa arboleda color oliva en las faldas del monte sobre el que se levanta la iglesia. Y el templo, remozado y limpio, completará el escenario. Casi. Porque del conjunto forma parte la vieja y arruinada casa rectoral, y un hórreo que a duras penas se mantiene en pie. Para ellos también tiene Don Paulino grandes planes.