Dos meses de «Vuelva usted mañana» para poder fichar a un pívot africano

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Bernard Morena llegó ayer a Cambados después de que el Xuven iniciara la odisea del papeleo administrativo de su visado el 14 de agosto

13 oct 2017 . Actualizado a las 12:56 h.

Contaban con su llegada a Cambados el 17 de septiembre, pero no fue hasta ayer, 12 de octubre, que Bernard Morena se pudo presentar a sus nuevos compañeros en el pabellón de O Pombal. Con su equipo, el Xuven, echando de menos la participación del llamado a ser su pívot de referencia en las dos primeras jornadas de Liga de LEB Plata. Ausencia con la que deberá lidiar de nuevo mañana, en la cancha del Canoe, ante el nulo margen de acoplamiento necesario a una plantilla que lleva trabajando desde el 29 de agosto. El peaje de una odisea de casi 2 meses entre los mares y vientos de papeles de la administración española que ayer alcanzaba su Ítaca.

Morena debería haber llegado a Cambados el 17 de septiembre, el día después de la final de un Afrobasket en el que iba a participar con Costa de Marfil, hasta su esguince de tobillo en la víspera. Para entonces el jugador, también con nacionalidad senegalesa, debía disponer del visado para poder volar a España con su contrato profesional bajo el brazo por su condición de cotonou; esto es, de baloncestista ajeno a la UE pero tratado como comunitario por un acuerdo entre esta y su país.

Cerrado el fichaje del pívot, la directiva del Xuven pidió el 14 de agosto el visado al Consejo Superior de Deportes (CSD). Un documento que requiere de los correspondientes permisos de residencia y trabajo, que son validados automáticamente desde el 2005 por el o.k. del CSD, explican desde el Xuven.

Ante el retraso en la respuesta del CSD el club se encontró con que este reclamaba no solo el pasaporte de Morena, sino también el de sus padres, y su partida de nacimiento. Documentos que llevó su tiempo conseguir. Un mes se consumió hasta que el 15 de septiembre se obtenía el visado de este último organismo.

Cuatro días después el club pidió en la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra los permisos de trabajo y residencia, con el convencimiento de que se los concederían automáticamente con el visado del CSD. Y ahí fue cuando todo empezó a enredarse en una mezcla del decimonónico «Vuelva usted mañana», malentendidos y hasta un robo. Trabajo contestaba al club el 27 de septiembre, pero a través de un sms a una directiva que no llevaba el tema y desconocía el número, lo que retrasó otros dos días la recepción del expediente. Tocó presentar otra batería de documentos, desde el compromiso de retorno a su país del jugador al final del contrato, hasta su documentación fiscal. El 3 de octubre, con el visto bueno de Trabajo, llegó el turno de Extranjería. Con una media de seis llamadas diarias allí, y otras tantas al CSD y a la embajada de España en Costa de Marfil, con la mediación de Daniel Benavides (Xunta) y Javier Rico (CSD) se esperaba el visado la semana pasada. Pero un robo el jueves en el aeropuerto de Costa de Marfil cuando Morena llevaba a su amigo y exjugador del Xuven Adjehi Baru retrasó su paso por la embajada, y el club descubría al día siguiente que allí los viernes no tramitaban ese tipo de documentos. Anteayer, al fin, Morena recogía su pasaporte visado, partiendo en la noche del miércoles hacia Galicia y atravesando la puerta de O Pombal a primera hora de la tarde de ayer.

El director deportivo del Xuven, Manu Felpeto, comenta que hay más equipos LEB que están padecido situaciones similares con jugadores cotonou, cuando hasta este año su llegada a España era tan sencilla como la de un comunitario. Más allá del endurecimiento de la documentación exigida, y del exceso de celo de la embajada en Costa de Marfil, Felpeto critica la falta de igualdad en la materia, porque mientras el Xuven pasó lo que pasó, «o Barça ou o Madrid fichan un xogador cotonou, e aos dous días téñeno no equipo». Algo que debería ocurrir con los demás clubes, destaca, solo con aplicar la ley vigente que faculta al CSD a autorizar la entrada en el país contrato en mano.