Chufi se pone al servicio del Xuven para jugar cuándo y mientras sea menester

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El madrileño compaginará su nueva función de entrenador ayudante y su vuelta a la cancha hasta que Morena, aún en África, esté disponible para Chiqui

03 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Quien me conoce sabe que siempre he sido una persona de club. El equipo me necesita, y hay que echar una mano». Esta es la explicación que Alberto Rodríguez, Chufi, ofrece cuando se le pregunta por su sorprendente aparición el pasado sábado en la rueda de calentamiento del Cambados Cidade Europea do Viño 2017 en la cancha del Real Murcia. No para dirigirla, sino realizando los ejercicios junto al resto de la plantilla de Chiqui Barros, como hizo durante muchos años hasta su retirada en la primavera del 2016 con la camiseta del club amarillo. Y es que con 42 años Chufi entiende que, ante la historia interminable en la que se ha convertido la llegada de Bernard Morena, anclado en Costa de Marfil a la espera de los permisos de residencia y trabajo que el Xuven confía en conseguir hoy al fin, «el equipo no puede estar así, con solo tres pívots. Y la solución más cercana, la más sencilla, y también la más económica para el club, era yo».

Fue por ello que el lunes de la semana pasada se dirigió a el entrenador y su buen amigo Chiqui Barros ofreciéndose a descolgar las botas para echar una mano «pensando en el partido de Murcia». Solo que allí «el plan no nos salió», y sus servicios resultaron innecesarios. Porque aunque quien tuvo, retuvo, el interior madrileño es muy consciente de sus actuales limitaciones: «Yo no soy el que tiene que poner el físico ni el músculo. Tengo que poner la pausa», afirma, en momentos muy puntuales cuando el partido lo pida. Algo que estuvo a punto de suceder el pasado sábado en Murcia, «quizás cuando nos pusimos a 8 puntos, pero cometimos dos errores, y se nos fueron de 14. Era ilógico que yo saliese para hacer un sobreesfuerzo por como fue el encuentro», razona.

En este sentido, Chufi destaca que «conozco a Chiqui, y Chiqui me conoce a mí a la perfección. Sabe perfectamente lo que puedo dar o no puedo dar, y en qué minutos podría ayudar». Eso, y reforzar la calidad de los entrenos, lo que hoy es incluso más importante.

«No he dejado de ser entrenador ayudante, pero ahora soy un jugador más para lo que necesite el entrenador», declara Alberto Rodríguez. «Ayudaré al equipo mientras Bernard no llegue. Y si llega mañana, y está para entrenar, daré un paso al lado. Si el sábado no juego, será una buena noticia». Pero, añade, si lo tiene que hacer, «daré todo lo que tenga, si duro 2 minutos, 2 minutos, si duro 4, serán 4».

Deseando normalizar la plantilla

Al respecto, Chiqui Barros le agradece a su amigo su nuevo servicio prestado, destacando el plus que le da en estos momentos al trabajo diario, al tener que tirar hasta ahora de un alero canterano como Juáncar para ejercer de falso pívot en los entrenamientos. En todo caso, el técnico señala lo obvio: «Eu estou desexando que chegue o cuarto pívot».

Samu Barros debuta en el quinteto ideal

Chiqui Barros resaltaba ayer que lo que mató el pasado sábado a su equipo fue la falta de respuesta al pívot rival, el estadounidense Matagrano, por parte del Xuven en el primer cuarto. Y si la cosa no acabó en debacle, llegando incluso a atisbar una remontada con un -8, fue fundamentalmente por la entrada en acción del hijo del técnico. Un Samuel Barros que con 19 se estrenó en la LEB Plata entrando en el quinteto ideal de la semana, y haciéndolo con la mejor valoración de un jugador español, y la tercera general. Con 27 de valoración, fruto de 25 puntos (4/4 en tiros libres y 9/16 en los de campo), 3 rebotes, 4 asistencias, 2 recuperaciones y 3 faltas recibidas.