«La inclusión es sencilla y se convierte en muy natural cuando hay voluntad»

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / AGENCIA

AROUSA

Isidoro denuncia que la mayoría de los pabellones no cumplen la ley de accesibilidad.
Isidoro denuncia que la mayoría de los pabellones no cumplen la ley de accesibilidad. óscar vífer< / span>

Participó ayer en la comisión de políticas de discapacidad del Parlamento Gallego porque el club que preside es un ejemplo

01 mar 2016 . Actualizado a las 13:14 h.

Isidoro Canabal participó ayer en la comisión de políticas de discapacidad del Parlamento Gallego. Lo hizo porque el BBC, que él preside, es un ejemplo de inclusión. «Fue Juan Fajardo quien propuso que compareciera en la comisión porque sabía que en nuestro club tenemos relación con la discapacidad. Tenemos niños y niñas con algún trastorno y fui a contar nuestra experiencia. Y para contarles también que en la asociación Con Eles usamos el deporte para visibilizar y como herramienta de integración».

-¿Qué le preguntaron?

-Me preguntaron qué se podía hacer, en mi opinión, para mejorar la inclusión. Les dije que lo del dinero estaba claro pero que tampoco es la única solución. Quizás es más importante tener una puerta a la que llamar. El BBC, en este caso, me tenía a mí como persona que está metida en ese mundo y pudimos tirar de la red de apoyos, de voluntariado o de otras asociaciones que nos pudieran ayudar en temas específicos, pero sino hubiera sido mucho más difícil.

-¿Aparecieron los niños en el club o fue el BBC quien fue a buscarlos?

-Aparecieron. La primera fue una niña hace ya unos años. Tenía un problema de cadera y había sufrido varias operaciones. Le aconsejaron hacer deporte y sus padres se acercaron al club. Decidimos buscar ayuda, apoyo en algún lado, para recibirla y que pudiera hacer baloncesto y aprovechamos la bolsa de voluntariado de Con Eles para que durante el entrenamiento tuviera una persona a su lado, porque le costaba incluso caminar. Años después, la niña ya camina perfectamente y todos quedamos encantados: la niña, los entrenadores, la voluntaria, todos.

-Aquella niña fue la primera, pero luego aparecieron más...

-Sí. Niños con Asperger en este caso. Tiramos para adelante con los consejos de la asociación Bata. De hecho, padres de niños del club son profesionales de la asociación Bata y se ofrecieron a aconsejar a los entrenadores. Se convierte todo en muy natural. Es muy fácil cuando hay voluntad y tienes ayuda.

-Aquella primera niña necesitaba una atención especial, ¿con los niños con Asperger sucede lo mismo?

-Aquella era una discapacidad física. En estos casos, con unas pautas dadas a los entrenadores no hay mayor problema. A partir de ahí ya es trabajo de ellos integrarlos en el grupo y hacerlos funcionar. Y en ello están.

-Habla de pautas a los entrenadores, ¿de qué tipo?

-Pues que conozcan las reacciones que puede tener un niño con Asperger, que no son debidas a una mala actitud. El entrenador debe saber que el niño no le está ofendiendo en ningún caso. Son cosas sencillas. Tampoco nos volvemos locos.

-¿Cómo fue la reacción de los entrenadores?

-Con la niña, que se caía cuando intentaba caminar, fue cuando más se preocuparon porque había un entrenador que se tenía que ocupar exclusivamente de ella. Cuando llegó la persona de apoyo la cosa se relajó. Ahora, hubo algún caso que no se supo que era Asperger hasta que apareció un segundo niño. No son situaciones que te llamen la atención o que tiren para atrás.

-¿Avisan a los otros padres?

-No. El club no tomó ninguna medida. De hecho, hay personas en el club que no saben que hay estos casos. Solo el círculo más cercano. Hay padres que lo saben, y se acercan y nos felicitan, pero nada más. Solo tratamos de que todo el mundo pueda jugar al baloncesto.

-Supongo que con quienes seguro que no ha habido ningún problema para la inclusión es con los compañeros...

-Los niños ahora tienen el tema de la discapacidad muy asimilado. Aflora en ellos la solidaridad. A un niño de estas características lo suelen arropar.

Las instalaciones se van adaptando «muy poco a poco»

Por su trabajo en Con Eles, Isidoro conoce perfectamente el duro día a día de las personas con discapacidad. Obstáculos que la administración debería resolver pero que se convierten en grandes problemas por la inacción de las personas que deberían actuar para solventarlos

-¿Ve algún problema insalvable?

-El mayor problema es que las federaciones no tramitan licencias de personas con discapacidad. Un niño o un adulto con síndrome de Down que quiera practicar baloncesto es desviado a la Federación para personas con discapacidad. Es algo que va en la cola de lo que se está trabajando a nivel social. Ya no se trata de integración, se trata de inclusión. No es raro que un chico con algún tipo de discapacidad vaya a una actividad de la Fundación de Deportes, ¿por qué a nivel federado sí tiene problemas? Es absurdo.

-¿Y las instalaciones?

-Pues las de Fontecarmoa, por ejemplo, se van dotando de accesibilidad muy poquito a poco y mal. Es el gran problema. Es difícil, con aquellas escaleras. Hace cuatro o cinco años que precisamente por un campeonato de baloncesto para personas con discapacidad se instaló un pasamanos. Mejor que nada. Pero tengo una chica, precisamente, que tiene una hemiplejia en el lazo izquierdo. El pasamanos está justamente en el lado izquierdo. Habría que poner otro en el otro lado. Y hay una ley que dice que debe estar accesible para todo el mundo, pero... El planteamiento está, las herramientas las hay. Falta el remate final.

-¿Hay algún pabellón que no presente problemas para las personas con discapacidad?

-Sí. Y aquí cerca. En Ribeira. Lo remodelaron hace cinco o seis años. Saqué fotos porque son los vestuarios más inclusivos que conozco. No hay baños o duchas específicos para minusválidos. Las duchas son comunes pero hay dos que tienen asiento y unas barras para apoyarse. Los lavabos están a una altura menor. El secador de manos igual. Y están así para todos. Para mí y para la persona que va en silla de ruedas.