El certamen gastronómico provocó atascos en la entrada de la villa meca, así como un tráfico intenso bajo las carpas de degustación de O Corgo
12 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En O Grove, hoy, toca despedida. Esta noche se servirán las últimas raciones de la edición número 52 de la Festa do Marisco. Presumen los mecos de que esta es la madre de todas las ferias gastronómicas que se celebran en Galicia, de que no hay quien le haga sombra. Visto lo visto ayer, habrá que darles la razón. Ni el cielo gris, ni la amenaza constante de lluvia, ni los chubascos que cayeron de forma intermitente lograron frenar el constante flujo de comensales hacia las carpas de O Corgo.
Quienes trabajan en la organización disimulaban mal la sonrisa de alivio al ver la avalancha de público. Tras una semana ni fu ni fa, el puente tenía que ser un éxito. Y lo está siendo. El sábado la actividad bajo las carpas fue más que aceptable: se despacharon 14.000 raciones a mediodía, llegándose por la noche a las 21.000.
Ayer, el éxito creció. El acceso al casco urbano estuvo bloqueado en varias ocasiones por largas colas de coches repletos de hambrientos visitantes. O Grove rebosaba gente y el ir y venir era constante hacia la zona de O Corgo. Según los datos facilitados por el Concello, solo a mediodía se habían despachado 16.000 raciones de la amplia carta con la que los mecos agasajan a sus visitantes. El dato cobra dimensión si tenemos en cuenta que el domingo pasado -un día también desagradable si hablamos del tiempo- apenas se despacharon 8.000 platos.
Pero ayer el apetito había vuelto. Sobre las mesas quedó claro que el arroz, los mejillones, las empanadas y el pulpo, siguen siendo los favoritos de los comensales. Pero ojo, que se llegaron a despachar seiscientas vieiras y se agotaron las existencias de zamburiña a la plancha.
«Ambientazo»
A la concejala de Turismo, Enma Torres, no le hacía falta tener esos datos en la mano para estar más que satisfecha por cómo está resultando el tramo final de la fiesta. «A fin de semana está resultando sorprendentemente boa a pesares das previsións do tempo», señalaba antes de apuntar que «na carpa hai un ambientazo» que se hace extensivo al resto de actividades programadas alrededor de la macrodegustación gastronómica.
Y es que ayer hubo gente en todos lados: en la regata de dornas, en la demostración de gimnasia rítmica, en los cursos de tiraje de cerveza... También el sábado se habían cosechado éxitos rotundos de público en espectáculos como el concierto de la banda de música. La carpa institucional «quedouse pequena» para albergar a la multitud de personas que buscaron allí el espectáculo de cine -el repertorio eran banda sonoras de películas- prometido por la agrupación meca.
La música de Sés le ganó a la lluvia
Ataque Escampe era el nombre del grupo que el sábado por la noche se subió al escenario de O Corgo antes de que Sés lo tomase y conquistase, desde allí arriba, al público. Ayer, la cantante daba las gracias, a través de las redes sociales, a todos los que, con paraguas o sin él, aguantaron los chaparrones caídos durante la actuación. Y es que, como ya había ocurrido con Loquillo, el público prefirió mojarse que apagar la música.