Los independientes han roto con Cholo Dorgambide y no están dispuestos a votar al PP si la gaviota lleva al edil en sus listas
07 dic 2014 . Actualizado a las 04:59 h.La encuesta que Sondaxe ha elaborado sobre el mapa electoral de Vilagarcía, con los comicios municipales a tiro de seis meses, depara una mala noticia para el ala derecha de la política local: la desaparición de Ivil, absorbidas sus fuerzas por el Partido Popular tras el pacto que colocó a su jefe de filas, José Luis Rivera Mallo, en el Senado, a su número 2, Cholo Dorgambide, en el pleno, y al alcalde de la ciudad, Tomás Fole, al volante de una cómoda mayoría absoluta. Que los independientes se esfumasen no sería, en teoría, mala cosa para los intereses de Fole de no mediar un pequeño detalle: el resultado que el sondeo le augura, ocho concejales, se queda tan lejos de la mayoría absoluta como los chavales del colegio de A Lomba de llegar con los zapatos secos a clase un día de lluvia. Aunque Podemos ha anunciado ya que sus siglas no concurrirán a las elecciones, puede despedirse el PP de que los votos de mosqueo con el sistema y la casta que lo dirige vayan a parar a su zurrón. Y sin nadie más con quien poder pactar, las posibilidades de la gaviota de encadenar un segundo mandato se antojan francamente escasas.
En realidad, las cosas podrían ponerse bastante peor para el PP de cristalizar otro tipo de cabreo muy diferente: el que los históricos integrantes de Independientes por Vilagarcía profesan a su teórico representante en el Concello. Militantes como Dositeo Amoedo, Cholín o Oliveira Lapido, compañeros de múltiples fatigas de Rivera Mallo, conforman el nucleo duro de una formación que, nacida en 1998 como escisión dentro de las filas populares, no parece dispuesta a ceder a la gaviota su territorio electoral como si tal cosa. Que no se sienten representados por el concejal de Seguridade Cidadá quedó claro a lo largo de una reciente reunión, en la que Dorgambide no participó pero de la que pudieron desprenderse contundentes consecuencias para su actual estatus político.
La dirección de Ivil estuvo, de hecho, a punto de expulsar al de Cornazo de su organización, decisión que finalmente quedó sobre la mesa aunque en absoluto cerrada. Es más, varios de los participantes prometieron que de ninguna forma votarán al Partido Popular en las municipales en caso de que Dorgambide figure en su candidatura. Algo que tanto el propio interesado como Fole parecen dar por hecho. Para el regidor, incluir en las listas a su responsable de Seguridade Cidadá no supondría más que una cesión menor hacia los independientes, a fin de dar por concluido el proceso de fusión entre ambas fuerzas. Sin embargo, los antiguos riveristas no consideran a Dorgambide uno de los suyos, por lo que ningún paso en este sentido significaría nada para ellos. De ahí a plantearse concurrir a las municipales por quinta ocasión consecutiva no media más que un pequeño empujón, que ese núcleo central de Ivil sopesa seriamente.
La opinión de Rivera, a todo esto, conserva un peso decisivo entre la cúpula independiente. No obstante, el hoy senador del PP mantiene su compromiso con las siglas de la gaviota. Al menos, no existe ningún indicio que lleve a pensar en que no sea así. Pero aun en caso de que su fundador se distancie de la operación, un grupo de sus antiguos compañeros apuesta por cabalgar la marca electoral de Ivil de nuevo. «En realidad -explica uno de ellos- la encuesta no es tanta sorpresa, coincide con otra que encargó el PP y les daba solo seis concejales. El séptimo sería el nuestro y el octavo, la suma de nuestros restos». No tardaremos en comprobarlo.