El expediente de regulación de empleo que propone la dirección consiste, fundamentalmente, en 32 despidos entre sus 131 trabajadores indefinidos a través de doce extinciones directas y veinte subcontrataciones con una segunda empresa, gracias a la externalización de departamentos que actualmente están en nómina. La firma asegura que se trata de un plan de viabilidad sin el cual las pérdidas acumuladas alcanzarían, en los tres próximos ejercicios, los 8 millones de euros. Afirma que la competitividad de la cartonera se ve comprometida por el hecho de que el salario medio en Lantero Galicia se sitúe un 47 % por encima del convenio del sector y sostiene que es imprescindible realizar una inversión de 6,4 millones en la dotación de maquinaria, tecnología y procesos más eficaces.
Más allá de lo meramente argumentativo, el staff decidió desplegar un amplio dispositivo de seguridad antes incluso de presentarle su propuesta a los trabajadores, que incluye vigilantes armados y dos perros rottweiler. La empresa lo justifica asegurando que en el anterior conflicto, desatado en el 2005, se produjeron «agresiones materiales y psicológicas» a empleados que no secundaron el paro e incluso a sus familias. Una vez iniciada la movilización, Lantero denunció ante la autoridad laboral la huelga indefinida por convocatoria irregular. Se hizo eco de la presentación de otra denuncia, en esta ocasión por parte de uno de sus empleados que habría sido objeto de una agresión y amenazas, ante la Policía Nacional. Por último, ha abierto un expediente al presidente del comité, Jesús López, por considerar que sus referencias a clientes como Nestlé, Feiraco, Inditex o Lactogal suponen la divulgación de información confidencial. Acusan, además, al órgano sindical de manipular los datos económicos.