Reforma de doble filo en Arousa

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La reforma electoral aplicada a los resultados de las europeas arrojaría sorpresas en Arousa.
La reforma electoral aplicada a los resultados de las europeas arrojaría sorpresas en Arousa. mónica irago< / span>

Los cambios que promueve el PP para propiciar las mayorías absolutas pueden volverse contra la gaviota en cuatro concellos

24 ago 2014 . Actualizado a las 06:58 h.

Como siempre, todo depende del cristal con el que se observen las elecciones de mayo del año que viene. Y, sobre todo, de la referencia que se escoja a la hora de calcular qué es lo que puede suceder para actuar en consecuencia. A estas alturas, queda claro que el Partido Popular está dispuesto a forzar la máquina para implantar toda una serie de cambios tendentes a facilitar la consecución de mayorías absolutas en los municipios. Claro que, por lo que respecta al territorio de Arousa, el fenómeno puede volverse contra los intereses conservadores en al menos cuatro plazas.

La reforma que ha anunciado el equipo de Mariano Rajoy (la formación que rebase el 40 % de los votos y supere en al menos cinco puntos a sus contrincantes obtendría de inmediato la alcaldía y la hegemonía en su corporación correspondiente) habría resultado espectacular para los populares arousanos en caso de haberse aplicado en el 2011. Para empezar, Tomás Fole no habría necesitado ningún pacto con Ivil para blindar el gobierno de Vilagarcía. Por si fuese poco, habría desbancado al PSOE en A Illa, haciendo inútil cualquier acuerdo de los socialistas con el BNG. En cambio, los conservadores habrían tenido que medirse en una segunda vuelta con el PSOE en O Grove, mientras que el BNG haría lo propio con el PP por la alcaldía de Pontecesures.

Sin embargo, en los últimos tres años han sucedido muchas cosas. Tantas como para pensar que habrá cambios, algunos de ellos importantes, en el comportamiento del electorado. Habrá que calibrar, para empezar, los efectos de la irrupción del fenómeno Podemos. Y el único precedente que lo permite son las elecciones europeas de hace tres meses. Aquí sería donde las cosas no le saldrían tan redondas al PP.

Coaliciones a la fuerza

Proyectando los resultados de las europeas y aplicándoles los cambios anunciados por el Gobierno, los populares perderían cualquier opción de tocar poder en A Illa, donde los socialistas alcanzarían una victoria incontestable. Curioso y radical cambio de perspectiva, sin duda. Tampoco en Vilagarcía se haría la gaviota con el bastón de mando. Al contrario, necesitaría una segunda vuelta contra el PSOE. Ambas formaciones se quedarían muy lejos de ese 40% al que el PP quiere rebajar la frontera de la mayoría absoluta, por lo que esa ronda definitiva se anticiparía extraordinariamente reñida.

Los mismos protagonistas tendrían que verse las caras en Catoira, aunque cabe recordar que, a excepción del BNG hace siete años, en el concello vikingo nadie ha sido capaz de hacerle sombra al regidor socialista Alberto García en unas municipales.

Los problemas para la diestra se repetirían en O Grove y Pontecesures, donde además podrían cambiar sus oponentes. Siempre que AGE y Podemos alcanzasen un acuerdo, cuestión que está por demostrar, su alianza disputaría a la gaviota ambas alcaldías en la célebre segunda vuelta. Sucedería en tierras mecas porque, pese a que el PSOE obtuvo un buen resultado en las europeas, la suma de las otras dos formaciones le rebasaría. Lo mismo ocurriría en Cesures, teniendo siempre en cuenta que el bastón de mando es hoy del BNG. Existe, por último, un factor colateral nada desdeñable: con sus cambios, tal vez el PP consiga a la fuerza lo que la izquierda no logra por sí misma en el actual escenario: una coalición integral por la zurda. Y a saber qué pasaría entonces.

la cosa política