Los profesores detectan temperaturas de 28 grados en una de las clases
17 may 2014 . Actualizado a las 06:56 h.Hace tiempo que la letra dejó de entrar con sangre en los colegios públicos de Vilagarcía. Los chavales, sin embargo, siguen sudando la gota gorda para aprobar sus asignaturas. Algo que en A Escardia ha dejado de ser una cansina metáfora para convertirse en una realidad palpable por parte tanto de los alumnos como de los profesores del centro. Esta semana, los docentes han podido comprobar cómo en al menos un aula la temperatura volvía a subir por encima de los 27 grados centígrados, que la normativa establece como límite para impartir clase en condiciones.
No se trata de una percepción nueva. Constituye, de hecho, una queja que la dirección y la asociación de padres de alumnos transmitieron con tenacidad a la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria en el primer trimestre del curso. El departamento autonómico recogió la demanda de la comunidad escolar y a lo largo de un mes -entre el 10 de octubre y el 10 de noviembre- realizó mediciones en dos aulas, la de música y la de cuarto curso de Primaria. Los resultados, explicaron poco después fuentes de la consellería, se mantenían dentro de los parámetros legales. Esto es, entre los 17 y los 27 grados centígrados por lo que respecta a la temperatura en el interior de las dependencias. Tampoco el nivel de humedad, añadía Educación, excedía los límites establecidos.
No obstante, la Xunta aseguraba ser consciente de que las mediciones deberían repetirse una vez finalizado el invierno, a fin de constatar si existen o no problemas que exijan una intervención por su parte. Con el retorno del sol, en efecto, el calor vuelve a imperar y la dirección espera que la consellería retome las mediciones antes de que finalice el curso y evitar, así, una evidente pérdida de tiempo.
Resfriados y sudores
Entretanto, las clases que se orientan al Este reciben directamente la luz solar durante toda la mañana, coincidiendo con el horario lectivo. De momento, se han detectado temperaturas de 28 grados en una de las aulas. Sudores, resfriados y pesadez general son algunas de las consecuencias indeseadas que provoca esta sobreexposición al calor. Por algo el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo advierte sobre la imposibilidad de desarrollar una enseñanza de calidad en condiciones inadecuadas de temperatura.