El colectivo da por perdidos más de 150 puestos de trabajo entre mantenimiento, vigilancia y transporte. Sin embargo, Garavilla sostiene que la plantilla se mantiene y que incluso se mejoraron las condiciones laborales de las trabajadoras.
Esa pérdida de puestos de trabajo es uno de los argumentos recogidos en el manifiesto que se leyó al final de la marcha. Para el comité de empresa y las trabajadoras, «Garavilla cierra Cuca con un solo objetivo, tener más beneficios a repartir entre los accionistas, sin importarles las personas». Y recordaron que la conservera «aumenta año a año su volumen de facturación y disminuye el número de puestos de trabajo».
En el texto incidieron, además, en que la lucha de las mujeres de Cuca es mucho más que la defensa de los puestos de trabajo de una empresa en particular para convertirse en la defensa de otras muchas empresas de la comarca. «Antes otros tuvieron que luchar y sufrir y hoy nos toca a nosotros», decía como colofón el manifiesto.