El caso de la tienda de deportes Base-Mobu (Vilagarcía) es el de otros muchos negocios del ramo. La falsificación le supone un grave problema que lastra su economía y la confianza del cliente.
-¿Cómo les repercute en el día a día?
-Pues, por ejemplo, en noviembre pasado yo solo había vendido el 20 % de las sudaderas y camisetas de Adidas, algo que nunca me había pasado. Con algunas prendas se está vendiendo menos, y no es por culpa de la crisis. Es por la competencia desleal.
-¿Qué cabe hacer en estos casos?
-Yo este tipo de productos no los vuelvo a trabajar porque no se venden. La repercusión en nuestros negocios es brutal pero también le afecta a Adidas España. Que quede claro que no le quiero quitar el pan y la sal a nadie, pero yo pago mis impuestos y mi IVA y esto nos hace mucho daño. Y encima hay clientes que ponen en duda mi ética profesional
-¿Qué se puede hacer?
-Esto solo pasa en España. Hay una gran permisividad por parte de los jueces, las propias marcas se ven con las manos atadas.