El PSOE, a recuperar la calle

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA/LA VOZ.

AROUSA

La designación de Guerrero devolverá a los socialistas el pulso ciudadano que han perdido. Pero hay mucho más que trabajar

05 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El panorama por fin se aclara en la casa socialista de Vilagarcía. Salvo sorpresa mayúscula que nadie prevé, Carlos Guerrero será el único nombre que se plantee a los militantes del PSOE de Vilagarcía para liderar su candidatura en las elecciones de mayo. La asamblea, que tendrá lugar antes de Navidades, no entrañará sobresaltos después de las claras manifestaciones que el ex regidor, Javier Gago , expuso en la reunión desarrollada la semana pasada en la sede de la calle Castelao. Gago no patrocinará a ningún aspirante alternativo, con lo cual la hipótesis de unas primarias se esfuma al renunciar a ello el único peso pesado del partido que, tal y como están las cosas, podría apadrinar con ciertas garantías una operación así. No es que falten gentes con ganas de medir sus fuerzas de nuevo en una votación abierta. Es que, simplemente, se han quedado sin valedores de fuste. A diferencia del PP, el PSdeG se ahorrará la bronca itnerna.

En realidad, la clave por la que nunca llegó a fraguar esa alternativa reside en el rechazo de Jesús Paz a aceptar el plato que se le ofrecía. El ex portavoz municipal y presidente de la Autoridad Portuaria declinó hace meses la posibilidad de liderar el equipo electoral del PSOE en Vilagarcía. Es cierto que hubo movimientos desde diferentes ámbitos para que así fuese, pero la respuesta por su parte fue negativa. Era en Paz en quien pensaban los miembros del sector crítico cuando en un momento dado plantearon la designación de un candidato de consenso a riesgo de abrir el melón de las primarias. Apelaban a su peso y experiencia tras el paso por las presidencias de los puertos de Vilagarcía y Vigo. La contestación fue, nuevamente, contraria a sus expectativas, que ahora se ven definitivamente truncadas con el desmarque de Gago.

Ni es cuestión de comparaciones ni de descartes. Guerrero ha demostrado entidad como para desempeñar la cabeza de cartel por méritos propios. La valoración de la encuesta, un 6,1 sobre 10, ocho décimas por encima de la nota que el sondeo encargado por los socialistas concede al conservador Tomás Fole , refleja, al margen de la cocina que uno quiera atribuirle al estudio, una de las características indispensables que deben definir a quien asuma el reto de defender en las urnas, después de veinte años, la alcaldía de la capital arousana para el PSOE: su conexión con la gente de la calle.

Una buena dosis de realidad

Cuentan que, tras la derrota de Kerry, el candidato demócrata en los comicios presidenciales que brindaron a Bush júnior su reelección como dueño del mundo, Bill Clinton les tiró de las orejas a los responsables de la campaña de su partido con una simple constatación: habéis hecho que los demócratas les pareciésemos marcianos al pueblo norteamericano, vino a decir el célebre predecesor de Obama. Algo similar ha sucedido en los últimos tres años con el PSOE de Vilagarcía. Por distintas razones, pero especialmente por el perfil personal de los principales protagonistas de la gestión en el bando socialista, los munícipes se han convertido en auténticos extraños para los vecinos. Quien albergue dudas sobre esta apreciación, que se dé una vuelta por cualquier bar y pregunte. Le contestarán que los pobladores del Concello parecen vivir en otro mundo.

Guerrero, popular y muy apreciado, devuelve al PSdeG la cercanía con la realidad. Activo miembro de la ejecutiva, mantiene excelentes relaciones con el resto de virtuales alcaldables que señalaban todas las quinielas, Modesto Pose , Tania García y Jesús Paz, que se extienden a Gago, bajo cuyo mando fue concejal. Dicho esto, es evidente que a su partido le queda un enorme trabajo por delante. Véase la concreción de una candidatura que arrope con garantías a su número 1 y dé imagen de vuelco. O la labor en las parroquias, muy descuidadas pese a que fue en ellas donde el PSOE amarró la lacaldía en el 2007.