La de este año es ya la quinta edición del Vilagarcía Basket Camp. Una actividad que comenzó de manera modesta, pero que este año tendrá la espectacular cifra de 240 alumnos.
-Cinco años, y el campus que no para de crecer...
-Es el campus más numeroso de los que se celebran en Galicia. Tenemos a chavales de veintisiete clubes. Empezamos con setenta niños y ya vamos por 240. Y no tenemos más porque no tenemos más capacidad de alojamiento.
-¿Qué se hace en un campus?
-Básicamente están para cubrir el tiempo de ocio de los críos en verano. Este en concreto está especializado en baloncesto, pero hacemos muchas más cosas: actividades lúdicas, paseos por la ría, etc.
-¿Mejoran los chavales con los entrenamientos?
-Está claro que en una semana no podemos sustituir el trabajo que hacen todo el año con sus clubes. Además, hay de todo: chavales que juegan muy bien y otros que están empezando. Hay que buscar un equilibrio para que ambos mejoren. A los monitores les marcamos unos objetivos cada día para ello.
-Para los monitores, el campus también parece una buena forma de aprender más cosas...
-Sí. El ejemplo es Juan Espiñeira, que este año es el director técnico y que aprendió en años anteriores de Toa Paterna.