Los vigilantes se mojan bajo la lluvia

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña VILAGARCÍA

AROUSA

VÍTOR MEJUTO

Reportaje | Los socorristas esperan ociosos la llegada del verano Algunos fueron contratados ya a mediados de junio para que el buen tiempo no pillara las playas sin seguridad; pero este año los arenales siguen desiertos

03 jul 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

En Galicia es inevitable que el tiempo sea una conversación recurrente. En los últimos años, al subir las temperaturas, el debate se centraba siempre en la falta de seguridad de las playas. Las contrataciones de los socorristas se hacían mediante convenios con la Xunta, y entre subvenciones, papeleo y proceso de contratación, se echaba encima el 15 de julio y las playas seguían sin vigilancia. El problema se agudizó cuando murieron personas en arenales en los que no había equipos de socorro. En el 2004 se ahogó un joven en Corrubedo en el mes de mayo, y en junio, un hombre de mediana edad en Cangas y otro bañista en O Son. Al año siguiente se ahogó un jubilado de O Son a principios de junio y una mujer que sufrió un corte de digestión en As Sinas, además de un buceador que pereció en Muros cuando practicaba pesca submarina. Todas estas desgracias se produjeron cuando las altas temperaturas apretaban y las playas estaban llenas de gente, como en pleno agosto. Ante las críticas por una situación burocrática que se repetía todos los años, este verano, las corporaciones municipales se pusieron las pilas. Y así O Grove, por ejemplo, tenía contratados ya a doce socorristas -el año con más vigilancia en sus playas- a mediados del mes de junio. Los primeros días no les faltó trabajo, porque había que montar las casetas y revisar el material del que se disponía para ver si todo estaba en condiciones. Pero pasaron los días, las labores previas finalizaron y ya no había otra cosa que hacer que esperar la llegada de los bañistas. Pero de momento, el mal tiempo se lo impide, y los vigilantes ya ni siquiera van a la playa porque no tienen nada que vigilar, como no sea el curso de las gaviotas. Pasa lo mismo en Vilagarcía. Inicialmente estaba previsto disponer de socorristas también a mediados de junio, pero uno de los seleccionados renunció al puesto y tuvieron que ampliar el proceso de selección. Aún así, el 29 de junio ya estaban trabajando los tres vigilantes contratados este verano para la playa Compostela. Eso sí, como los de O Grove, se limitaron a dejar los puestos en condiciones, y a partir de ahí, mirar al cielo y esperar a que deje de llover. Estos días sólo uno hace guardia en el arenal, que en la primera semana de julio sigue vacío, a pesar de que la mayoría de los pisos con vistas al mar están ya alquilados a turistas que, con más razón aún que los socorristas, miran todos los días las previsiones meteorológicas. Banderas azules En A Illa se estrenan este año dos banderas azules, pero los usuarios de sus envidiables arenales aún no pudieron verlas. Area de Secada y O Bao siguen desiertas, a pesar de que, también por vez primera, cuentan con socorristas, un requisito necesario para los arenales que lucen el distintivo de la Unión Europea. Lo cierto es que éste es el año en el que los bañistas se encontrarán más distintivos de calidad en la comarca, con nueve banderas azules. A las de A Illa y las tradicionales de A Lanzada y A Compostela, se suman las de Area da Cruz, Raeiros-Paxareiro, Peralto, Area das Pipas y Area de Reboredo; las dos últimas, consiguen la bandera por primera vez. La presencia de las banderas azules podría ser un gran aliciente para el turismo, ya que los que llegan desde otras comunidades eligen a veces su destino de vacaciones dependiendo de ese distintivo, que les garantiza la calidad. Pero el mal tiempo podría dar al traste con la campaña veraniega, aunque de momento está ocurriendo todo lo contrario. Las previsiones son buenas y los hosteleros de la comarca incluso se están sorprendiendo por el buen nivel de las reservas. Claro, que las anulaciones podrían sucederse si el mal tiempo se mantiene. De entrada, parece que las lluvias se retiran y que para los próximos días subirán las temperaturas. La llegada del buen tiempo llenaría las playas y daría trabajo a los socorristas, aunque también a las brigadas contraincendios, que igualmente permanecen ociosas, en este caso, para mejor gloria de los montes.