El alcalde ha pedido entrevistas con Touriño y María José Caride La nueva Lei do Litoral estrangula el desarrollo de esta localidad arousana
10 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.?a naturaleza quiso ser generosa con A Illa de Arousa. La isla ha sido dotada con paisajes de ensueño y con una forma caprichosa: en todo su territorio son muy escasos los puntos en los que el municipio supera los mil metros de ancho. Esa circunstancia no tendría por qué ser un problema para A Illa y sus vecinos si no fuese porque, en su afán de ordenar el crecimiento costero, leyes como la del Litoral que prepara la Xunta -y que impide construir a menos de 500 metros de la costa- ahogan el desarrollo de un ayuntamiento que está rodeado de agua por todas partes. Por esa razón, el alcalde de esa localidad, el socialista Manuel Vázquez, ha decidido iniciar una ofensiva para evitar que la nueva lei salga del Parlamento sin reconocer en ella la «singularidad» de su municipio. Dos días después de que el anteproyecto de la nueva normativa fuese aprobado, el gobierno local isleño ya ha iniciado su ofensiva para «loitar, como se ven facendo dende o ano 1997, para que A Illa de Arousa se considere cun tratamento urbanístico especial que contemple a súa singularidade». El Ayuntamiento, asegura el alcalde socialista, «vai ser o primeiro en loitar para que durante a tramitación parlamentaria, A Illa reciba un tratamento singular que permita as edificacións a menos de 500 metros da liña de costas -no solo urbanizable e no urbano non consolidado-». Para lograr ese objetivo, el regidor isleño ha solicitado ya entrevistas con el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, con la conselleira de Política Territorial, María José Caride, y con el grupo parlamentario socialista, al que pertenecen ambos. Con todos ellos quiere tratar el alcalde la problemática de la Lei do Litoral. Un texto, reconoce Manuel Vázquez, que «se necesita con urxencia». Pero que «debe recoñecer a singularidade de A Illa, tendo en conta que unha liña de 500 metros para o litoral galego, no noso caso significa mil metros. E hai que ter en conta que o longo de todo o territorio insular existen moi poucas zonas que teñan máis dos citados mil metros de ancho». Promesa Esa circunstancia hace comprensible la preocupación del alcalde isleño. Una preocupación que, por otra parte, no es nueva. De hecho, desde A Illa se había hecho llegar al gabinete de María José Caride una batería de argumentos para justificar que el municipio recibiese un trato especial en la nueva ley. La conselleira en persona había asegurado compartir el punto de vista de los isleños, y había comprometido el reconocimiento a la singularidad del municipio. De momento, no lo ha hecho.