La estrategia del mecano

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA

AROUSA

Análisis | La situación en Opmega La principal organización de mejilloneros sigue adelgazando: está en las 1.115 bateas. La cuestión ahora es si la pérdida de peso va a seguir, o si se va a invertir la tendencia

22 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que la anterior directiva de Opmega abrió la puerta para expulsar a Amegrove, hace poco más de un año, la principal organización de mejilloneros no ha dejado de perder peso. De más de 1.800 bateas que contaba entonces, la organización ha pasado a las 1.115 que se cuentan tras la salida de escena, el pasado lunes, de Virxe do Rosario. Hay quien cree que a Opmega ese adelgazamiento le ha venido bien, que la central era demasiado grande y lenta para moverse en un mercado que exige rapidez y cintura. Esteban Paz, el actual presidente, no parece ser de esos. «Tener una asociación menos no es ningún motivo de alegría». Si han privado a Virxe do Rosario de la condición de socia es porque «tampoco tenía sentido tener dentro a una organización en la que, por lo menos la directiva, no estaba contenta y no generaba más que problemas». Sacada esa chinita del zapato, el presidente de Opmega se declara optimista. Aunque descarta incorporaciones a corto plazo, augura que a medio habrá reentradas importantes en su organización. ¿La de Amegrove, por ejemplo? «Hablo de asociaciones grandes y de asociaciones pequeñas. Pero todo a su tiempo. Las cosas no se pueden hacer con prisas», sentencia Esteban Paz. Negro augurio Ese optimismo del presidente de Opmega choca con los negros augurios que ayer realizaba Javier Blanco, presidente de Virxe do Rosario. «El último en salir de Opmega, por favor, que apague la luz. No vaya a ser que nos toque a pagar a todos», ironizaba ayer. Blanco Estévez acusa a la nueva directiva de «haber ido a por mí» y de «profundizar en la estrategia de la división». ¿Con qué objetivo? Esconder que en la organización «hay socios de primera y socios de segunda». «Pero no vamos a ser nosotros los últimos», afirma el presidente de Virxe do Rosario. Prolongación La sangría, vaticina el que fuera mano derecha del ex presidente de Opmega, va a continuar hasta que se consume la desaparición del gran gigante. «A lo mejor se está aguantando a un enfermo que no tiene solución. Tal vez sea mejor dejarlo morir y, al día siguiente, ponernos todos a trabajar para unificar al sector». Voces como la suya abundan. Son muchos los que consideran que se ha llegado a un punto sin retorno. Y que será necesario desmontar el mecano al completo para luego reconstruir el sector sobre unas estructuras renovadas y firmes.