El pequeño tiene diez años, padece parálisis cerebral y no recibía clases desde octubre Esta semana se incorpora al centro Santiago Apóstol, de A Coruña, con un nuevo cuidador
30 mar 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?ras varios meses en tierra de nadie, y un trompicado baile de expedientes, la Consellería de Educación acaba de dar solución a la sequía educativa que aquejaba desde octubre a Ángel, un niño de diez años, vecino de Vilanova, que sufre parálisis cerebral y no había recibido una sola hora de clase en los últimos seis meses. El pequeño se ha reincorporado esta misma semana al centro de educación especial Santiago Apóstol, en A Coruña, donde ya estuvo ingresado sin poder, sin embargo, tener acceso más que a servicios asistenciales. Ángel estaba escolarizado en el colegio Xulio Camba, de Vilanova. Pero en octubre, su madre, Pilar, cae enferma, es hospitalizada y el Servicio de Menores de la Consellería de Familia debe hacerse cargo del pequeño. Es entonces cuando la Xunta le facilita una plaza de residencia en el Santiago Apóstol. El problema reside en que su traslado a A Coruña no se acompaña de la contratación de un cuidador. Y sin él, a la dirección del centro le resulta imposible integrar al niño en las clases. No en vano, las instalaciones coruñesas, desbordadas, trabajan con sesenta alumnos a los que atienden únicamente dos auxiliares, incumpliendo todas las ratios. Pese al vacío escolar, el niño se mantiene en el centro, en régimen puramente asistencial, hasta diciembre. Lllegan las vacaciones y Ángel vuelve a casa. Después, no retornará ni al Santiago Apóstol ni al Xulio Camba, que entretanto ha perdido las condiciones precisas para atender al pequeño. La clave del proceso radica, pues, en la falta de un cuidador que posibilite la escolarización de Ángel en A Coruña. Su contratación, en el aire durante meses, ha sido confirmada ahora por la Dirección Xeral de Centros e Orientación Educativa.