Enresa está en condiciones de retirar «a lo largo de este año 2003» los 18 pararrayos que van a quedar pendientes en la provincia de Pontevedra y los nuevos aparatos que pudieran ser detectados. Pero la empresa pública pone una condición: que los propietarios soliciten que sean puestos fuera de la circulación. El papel de la empresa pública resulta fundamental para lograr la erradicación de estos aparatos en una provincia que hace sólo dos años tenía 30 pararrayos radiactivos y sólo era aventajada en número por Barcelona con 128 y Girona con 54. El coste de la retirada fue calculado en 600 euros (100.000 pesetas) en 1996. Es probable, por tanto, que muchos de estos pararrayos siguieran en los tejados sin la intervención pública. La fuente radiactiva es el americio 241 (Am-241) situado en el cabezal. El deterioro o una inadecuada manipulación acentúan el riesgo. Una vez desmontados, los cabezales son enviados al Reino Unido ante la oposición que suscitó en España el emplazamiento de un depósito. En ocasiones, la retirada de los pararrayos obliga a emplear equipos de alpinistas, dado que están instalados en lugares poco accesibles. Fue el caso de la Basílica del Pilar en Zaragoza o de la Sagrada Familia de Barcelona. Escaleras especiales fueron empleadas en la Mezquita de Córdoba, en la catedral de Palma de Mallorca y en la fortaleza de Alcalá la Real (Jaén).