Sargadelos amenaza con cerrar la histórica fábrica de Cervo tras anunciar 49 despidos

María Cuadrado Fernández
maría cuadrado VIVEIRO / LA VOZ

CERVO

La Voz

Alega falta de liquidez tras pagar más de un millón por varias demandas sindicales

17 ago 2018 . Actualizado a las 23:26 h.

«Hasta aquí hemos llegado». El consejero delegado de Sargadelos, Segismundo García, y además dueño con más del 70 % del capital, anunció este viernes por sorpresa el despido de 49 empleados en la emblemática fábrica de Cervo. Serán del grupo de los nuevos contratados, y las salidas se ejecutarán en dos meses. La firma de cerámica tenía previsto entregar este mismo viernes las diez primeras cartas de despido. La decisión, que García aseguró que era firme, trascendió en una asamblea de trabajadores a la que, de forma sorprendente, fue convocada la prensa.

El consejero aseguró que una vez se ejecuten los despidos quedarán en plantilla otros 50 trabajadores. Esto complica enormemente la viabilidad de la factoría. Por eso García no descartó el cierre de la fábrica.

Contrasta esta decisión con un momento en el que el grupo está incrementando ventas y ha logrado entrar en nuevos mercados (con 70 puntos de venta en varios países), tras superar un delicadísimo momento hace años, al entrar en concurso. Parecía un momento dulce, pero el administrador fue rotundo ante la plantilla. Alertó de la complicada situación en la que ha quedado el grupo tras tener que pagar este año más de un millón de euros por varias demandas. Entre otras causas, recordó que el Tribunal Supremo (y antes el TSXG) declaró nulo el ERE con 8 despidos ejecutados en el 2010 en Sargadelos, «justo para la pervivencia de la compañía». La empresa tuvo que readmitir y abonar a la expresidenta del comité Rogelia Mariña (UGT) una indemnización de 30.000 euros por daños morales.

Ante medio centenar de trabajadores, el consejero explicó que para hacer equilibrios «algunos de los socios» tuvieron que realizar en el 2017 y el 2018 dos ampliaciones de capital por dos millones. Ya en privado, reconoció que las nóminas del último mes se pudieron pagar tras otra inyección económica, y confirmó que prácticamente han abonado 800.000 euros tras el fallo judicial que les obligó a readmitir a los despedidos.

El grupo había comenzado a contratar a personal para atender las nuevas líneas de producción que estaba poniendo en marcha, aunque, según explicó García, esos empleados ya estaban con salarios más bajos.

Sada, al margen

El consejero dijo que no contempla despidos en la otra factoría, la de O Castro (Sada). Y justificó la urgencia de la asamblea en Cervo tras saber que «la trabajadora y representante elegida por varios de ustedes» comunicó a varios empleados que en unos días habría novedades. «Según ella [por Rogelia Mariña], incumplimos varios derechos de los trabajadores en lo que se refiere, entre otras circunstancias, a su remuneración», explicó el administrador ante toda la plantilla. «Estou disposto a pechar a empresa antes de que me dite aquí as normas dona Rogelia Mariña», soltó. La aludida, a petición de La Voz, no quiso manifestarse. En la asamblea sí le dijo: «Quen bota á xente non son eu, é vostede».

De forma también llamativa, el directivo instó a la Inspección de Trabajo y a UGT a actuar tras detectar que Sargadelos incumple 262 normas o preceptos: «Deseo facilitar estos datos a fin de que cursen las correspondientes denuncias. Y, si es el caso, se proceda a la clausura de la compañía. Confío en que los sindicatos y la justicia laboral no cejen en su empeño de cerrar el grupo». Y concluyó, de forma irónica: «Sepan apreciar el arrepentimiento de un mal hombre como yo, que se ha pasado prácticamente toda su vida explotando y maltratando a sus empleados».

Pedro Blanco, abogado de UGT, se mostró «sorprendido» con un anuncio «fuera de lugar», y recordó que la fábrica está «funcionando bien». Dijo que la decisión «nada tiene que ver» con «presiones de cualquier sindicato».

Un mazazo que da por rematada la luna de miel que comenzó hace dos años

Esta vez los periodistas no iban convocados a la presentación de nuevos diseños, para informar sobre la expansión del grupo o para conocer las nuevas divisiones de productos. Este viernes se convocaba a una reunión en la que se anunciaron en directo 49 despidos. Mientras en la sala la plantilla intentaba digerir el mal trago, en el exterior un nutrido grupo de personas participaba en una de las visitas guiadas. A pocos metros, la tienda a rebosar. Las ventas van con el viento a favor, la marca Sargadelos vuelve a tener su tirón.

La cita sonó a muchos como el final de la luna de miel que parecía vivir la fábrica cervense, la que les dio a muchos su primer contrato, y que ahora tiene fecha de caducidad.

Ha sido una década más que complicada. A un período de desavenencias entre gestores y accionistas le siguieron varios ERE, manifestaciones y un concurso voluntario de acreedores en las dos fábricas (Cerámica Sargadelos, en Cervo, y O Castro, en Sada), que se declaró en el 2014. Entonces ya se hablaba de la reestructuración de las empresas. En junio del 2015 la dirección de Sargadelos tomaba aire tras respaldar el Tribunal Supremo el despido colectivo de setenta trabajadores de ambas fábricas. Fue ese año cuando el grupo lanzó una estrategia de innovación e internacionalización. Entre los primeros pasos dados estuvo la puesta en marcha de una web que permite comprar directamente a la fábrica desde cualquier punto del mundo, algo imposible hasta entonces en este grupo bicentenario. Salió del concurso de acreedores en el 2016 y comenzó a sorprender con novedades: nuevas líneas de piel, joyería o textil, una división de mueble, se reinventó con la cerámica... Ayer eran todo incógnitas.