
Hay piezas de dos series numeradas de 36 unidades diseñadas por Díaz Pardo, que hace años adquirieron las hermanas Koplowitz por 9.000 euros
17 abr 2025 . Actualizado a las 10:29 h.En 1965 abría sus puertas Joyería Rozas de Navia, en el occidente asturiano, establecimiento de referencia que durante su dilatada trayectoria trabajó como tienda oficial de venta de Sargadelos, engrosando sus almacenes con piezas que sus propietarios, los hermanos Jaime y José Antonio Rozas, adquirían en propiedad y que superada la frontera de los ochenta años de edad, venden por liquidación. Hay figuras, jarras, platos, vajillas, medallas...
Algunas piezas destacadas son verdaderos tesoros. Es el caso de dos esculturas de un formato grande (75 centímetros) diseñadas por Isaac Díaz Pardo décadas atrás. Las figuras, realizadas en porcelana y refractario, reproducen una cabeza de mujer sobre la que lucen una máquina de coser o un tren, con una leyenda escrita. «Costureira con máquina de coser automática equipada con radar trompa audiovisuales detector de mentiras e con furado espía pra defensa dos metomentodos e dos cans merendeiros - Patente de invención 1972-1973», se lee, por ejemplo, en la figura de la mujer con la máquina de coser.

De cada modelo se hicieron solo 36 unidades, numeradas. Parece ser que no fueron concebidas por Isaac Díaz Pardo para ser vendidas, sino para exponerse en ubicaciones destacadas de Sargadelos, de O Castro y las tiendas señeras de la firma.
En caso es que con el tiempo, algunas han acabado en manos de coleccionistas. Así, fuentes bien informadas aseguraron que dos figuras, una de cada modelo, fueron adquiridas años atrás por las Hermanas Koplowitz, quienes habrían pagado 9.000 euros por cada una de ellas.

A Joyería Rozas estas esculturas llegaron en su momento por la amistad que los propietarios, y singularmente uno de los hermanos, tenía con Isaac Díaz Pardo y por la relación comercial que tuvieron durante décadas con Sargadelos.
Este material está ahora a la venta, como el resto del inventario de la joyería naviega, que liquida todo su inventario por cierre. Los hermanos Jaime y José Antonio escuchan ofertas y poco a poco se van desprendiendo del material. Ya ocurrió con el grueso del oro y aún tienen muchas piezas de Sargadelos, de todo tipo, así como plata, relojes y otros artículos habituales en joyerías. Remisos a referirse a precios o porcentajes de descuento, prefieren que los clientes acudan a la tienda o contacten con ellos para hablar en persona. Se explica porque, en el fondo, como apuntan, «son recuerdos de una vida de trabajo». Sí aclaran que son precios rebajados, pudiendo llegar al de coste.