A veces el sentido común de la gente, en especial de los mayores, vale mucho; tiene peso y está basado en la experiencia de quien hace el camino de vuelta. Pero no les escuchamos. Más bien al contrario; les ignoramos o aún peor, no los respetamos y les increpamos. En los últimos días han trascendido dos casos que, al menos, debieran dar que pensar. En Burela y Viveiro, pero es una cuestión general. ¿Qué está sucediendo?
Un grupo de jóvenes, menores de edad, de Burela ha sido investigado por la Guardia Civil como supuestos autores de importantes daños causados en varios turismos. Cristales rotos -lunas delanteras y traseras- y coches rallados. En Viveiro los vecinos del casco histórico sufren el botellón los fines de semana (también en otras zonas). Vecinos afectados dicen que grupos de jóvenes, muchos menores de edad, cantan en sus ventanas: «Viejo, échame un cubo de agua» y cosas por el estilo. Además de patalear las puertas y pintar en las fachadas. Falta de educación y de respeto por las personas mayores. Se preguntaba ayer una vecina afectada, «¿qué hacen menores de 14 y 15 años a las 4 de la madrugada en la calle?». ¿Qué pasó con los autores de las pintadas en Viveiro en la fachada de un edificio? ¿Se les sancionó?
Eso sí, siempre son los hijos de los demás.