Toda la ría de Foz desde su cama

ANDRÉS VÁZQUEZ, M.C. BARREIROS / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Cabanas da Barcela, en Barreiros, ofrece una forma alternativa de alojamiento

07 sep 2019 . Actualizado a las 14:56 h.

No solo de los hoteles se alimentan los turistas. Cada vez crece más el interés por los viajes relajados, que permiten conocer el entorno a fondo, empapándose de sus costumbres, su gastronomía, su naturaleza... En definitiva, su manera de vivir. Es lo que popularmente se conoce como turismo slow o turismo lento, una modalidad de viaje que permite todas esas delicias enumeradas anteriormente. Pero para que esta forma de descubrir mundo se haga factible es primordial sentar las bases con un alojamiento adecuado.

«O que máis se valora é a tranquilidade», dice Santiago López Palmeiro, gerente de las barreirenses Cabanas da Barcela, cuando se le pregunta por los intereses de aquellos que ocupan sus instalaciones. Son apartamentos turísticos que dan con la tecla de lo necesario para el visitante sin prisas, pues tienen ante sí toda la comarca mariñana por descubrir. López aporta, además, actividades para sus huéspedes, que suelen venir de ciudades españolas: «Temos bicis para que exploren a bisbarra, estamos moi preto da praia das Catedrais e de moitos outros areais e, ademais, mesmo por diante da nosa finca pasa o Camiño Natural do Cantábrico, que percorre toda a costa».

Buen alojamiento, buen viaje

Una de las claves para volver a casa deseando repetir el viaje es el alojamiento. López se asegura con sus tres cabanas de que la estancia sea siempre la más cómoda. Las construcciones mimetizan completamente con el paisaje, albergando en su interior un diseño funcional y bien aprovechado que a la vez es muy sobrio. Con esta idea se trazan las cocinas, porches y habitaciones de los cinco apartamentos (cuatro de ellos con cuatro plazas y uno con seis, este último adaptado para personas con movilidad reducida).

Todo ello está complementado con una impresionante panorámica de la ría, visible desde los balcones o desde la mesita del porche, para disfrutar allí mismo del café mañanero junto a las mejores vistas. Las construcciones están dotadas de calefacción, pues su propietario espera mantener su negocio operativo todo el año y alquilar también durante la temporada baja, después de pasar un verano a rebosar.

«A iniciativa naceu despois da crise, como unha oportunidade», comenta López. Se esmeró en su proyecto, que financió con fondos del Igape. Pensó en un hotel, «pero esta idea era moito máis novedosa e diferente». Es por ello que decidió talar los eucaliptos que poblaban la finca, junto a los del terreno delantero para ganar la visión de la ría, y aventurarse en su proyecto.