«O comercio local é a alma, o corazón e a vida dos nosos pobos»

María Cuadrado Fernández
maría cuadrado FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

Pepa Losada

El ACIA focense celebró sus treinta años exhibiendo unidad y entusiasmo ante los nuevos retos

18 may 2018 . Actualizado a las 22:27 h.

La de Foz es una de las asociaciones de comerciantes, hosteleros y autónomos con más solera de la provincia, y también con más asociados. Con pilares sólidos y una exhibición de la fuerza que confiere la unidad de un colectivo, ACIA Foz celebró el miércoles su velada de aniversario que se prolongó hasta pasada la una de la madrugada.

No le faltó razón al delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro, cuando definió el comercio local como «a alma, o corazón e a vida dos nosos pobos, das nosas vilas», ni tampoco a la directora xeral de Comercio, Sol Vázquez, que manifestó que «detrás dunha asociación sempre hai unha cara, unha persoa con teima e ilusión».

Con la fiesta de aniversario se escenificó la alianza, el respeto y agradecimiento por el trabajo y la responsabilidad de las directivas presididas por Suso Fernández, Manuel Alberto Fraga y José Carlos Paleo, quien también asumirá la próxima semana el cargo de presidente de la federación de comercio de la comarca, A Mariña Federación.

Un maestro

Paleo, que no escatimó elogios hacia Suso Fernández, confesó que había sido un maestro para él. Y el gesto que mejor define la confianza en Suso, se resume en una frase, recordando los complicados inicios del ACIA, allá por 1988: «Cando estábamos na primeira reunión, os presentes dixemos ‘Si vai Suso de presidente, vamos todos’».

Fernández reconoció que los quince años al frente del colectivo habían sido una experiencia ilusionante y didáctica. Aún sabiendo los complicados momentos que afronta a nivel general el comercio local, el homenajeado le deseó al ACIA que celebre las bodas de oro y brindó su colaboración.

La del miércoles fue una animada velada para festejar, llena de reconocimientos, con interpretación musical de Felipe y África, y de dos de los nietos del primer presidente, que ayer ya tenía nuevos planes: comida familiar en casa con su mujer Marita, sus hijos y otros familiares, casi veinte invitados.