Beni Martínez: «La sociedad deja a las madres solas»

Yolanda García Ramos
Y.GARCÍA VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

La matrona viveirense echa en falta apoyo a las mujeres que deciden tener hijos

06 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer fue el Día Internacional de la Matrona. Hoy es el Día de la Madre. Una y otra jornada están, nunca mejor dicho, íntimamente ligadas. Por el nacimiento de un bebé pero también por la salud de la mujer a lo largo de su vida. En la jornada mundial el lema fue «Matronas liderando el camino con un cuidado de calidad» destacando el papel del oficio más allá del embarazo, el parto y el puerperio. Beni Martínez, matrona y sexóloga viveirense que actualmente ejerce en Vilalba, es la única gallega en la directiva de la Federación de Asociaciones de Matronas de España y participa activamente con la gallega AGAM.

-¿Cómo está hoy la asociación?

-Tiene alrededor de 200 socias. Es potente, en preparar cursos, en reunirse con las instituciones, estando presente para las mujeres... Y tenemos, por ejemplo, la única matrona de España que está en un banco de leche. Es nuestra secretaria, Diana Luque.

-Estar en la FAME, ¿da más voz a las matronas gallegas?

-¡Claro que da voz! Aunque son bastante comunes los problemas de todas las asociaciones. Todas las comunidades, menos probablemente en Navarra, Euskadi y Cataluña, tenemos el cupo sobrepasado de mujeres que se atienden por matrona. Yo tengo tres veces más de cupo de lo que debería llevar. Galicia es una de las comunidades autónomas donde peor están atendidas las mujeres desde el punto de vista de que no hay matronas en muchísimos sitios. Por ejemplo, en Ourense hay muy pocas y donde no hay los embarazos los llevan los médicos de familia. En Santiago hay una matrona para 13.000 mujeres.

-¿Cuántas harían falta para una atención ajustada?

-Haría falta una matrona por cada tres mil mujeres, dice la OMS. Creo que no se valora nuestra profesión. Aunque un médico de familia no sustituye a un cirujano, a nosotras sí que nos sustituye todo el mundo. Dentro de la propia institución, tenemos gente que está pisando nuestro terreno.

-De las facultades, ¿no sale bastante gente formada?

-¡Es insuficiente! Ten en cuenta que para poner una matrona cuentan mujeres en edad reproductiva. Las de menos de la pubertad y las de más de 65... no existen(...) Las mujeres no nos morimos a los 65 años, seguimos teniendo vida. Tengo pacientes que tienen 70 y 80 años y ellas se extrañan de que las lleven a la matrona.

-¿A la hora de reivindicar debería ser codo con codo mujeres-matronas?

-¡Ahí vamos! Tienen que darse cuenta de lo que valemos(...) Tenemos una directiva de la Comunidad Económica Europa que nos reconoce nuestras funciones y todo el trabajo que tenemos que hacer. Es parte del equipo y tiene su autonomía.

-Igualmente se necesita la implicación de padres, hijos...

-Claro. Hablar de las mujeres es hablar de toda la familia, de la alimentación, los ancianos... y desde la perspectiva de género porque los protocolos están pensados todos para mujeres heterosexuales y capacitadas. Cuando hay muchas parejas que son homosexuales. O protocolos para mujeres con cara de mujer, pero un día puede aparecerte una persona con cara de mujer que se llama Antonio para una citología... No es una anécdota(...) Vamos a tener que abrir más los ojos y más la mente.

-Desde el primer día que empezó a trabajar, hemos cambiado...

-Para mejor, sí. Mucho mejor. Ejemplo, no había ningún marido que entrara a los partos. La mujer, en una soledad infinita.... y no hay nada más vulnerable que una mujer adulta de parto y después de parir, cuando tenemos al bebé y queremos hacerlo bien. Eso ha cambiado porque las parejas entran hoy al parto o la persona que ellas eligan. No están solas.

-En sus reivindicaciones, ¿se ha avanzado en estos años?

-Se dan pasos muy pequeños para la mejoría de la salud de las mujeres. Y nos están engañando.

-Trabajó en hospital, ahora en centro de salud. ¿Es diferente?

-Trabajando en partos en el hospital he sido muy feliz. Mucho. En la atención y relación con las mujeres, pero tienes un techo de cristal ahí... y llega un momento en el que no te deja crecer. Me sentía como una especie de marioneta. Y dije ‘quiero estar en un sitio donde quiero hacerlo bien y con los criterios de la evidencia científica’. No se puede estar trabajando de la misma manera que cuando abrió el hospital. El trabajo del hospital es muy limitado. En el centro de salud es abrirse a una cantidad de posibilidades... Desde los masajes a los bebés, la educación sexual desde 13 ó 14 años, el consejo anticonceptivo, citologías, consulta preconcepcional(...), controles de embarazo, educación maternal, salud mental perinatal que ya hay que empezar a mirar en el embarazo porque cualquier mujer puede tener un problema psicológico en él aunque no tenga antecedentes, detectar los malos tratos en el embarazo, la atención a la lactancia y a la alimentación... Hay que apoyar pero quien decide, es la madre. Para eso ella es una mujer adulta y en plenas facultades mentales.

-Hoy día se pone mucho el foco en la maternidad, la paternidad, la educación y todo se etiqueta...

-Esta es una cultura que te dice que tengas hijos casi por obligación pero luego estás «sola ante el peligro». Creo que la sociedad ve bien que tengas hijos pero luego no te apoya en las dificultades y no se cuida a las mujeres.