Ribadeo en Buenos Aires

Pablo Vivín

A MARIÑA

CEDIDA

Opinión

07 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Argentina fue destino de muchos emigrantes ribadenses, que destacaron en aquellas tierras; sirvan de ejemplo los hermanos Moreno Ulloa; los Rodríguez del Busto; Clemente Martínez Pasaron; Ramón González; Jesús Rodríguez Murias; Antonio Otero; Miguel García Fernández, el primer juez de Buenos Aires, sin ser argentino, de quien uno de sus hijos llego a ser director general de Correos y Telégrafos de la Republica Argentina.

En una mañana dominguera del verano austral, un 21 de enero de 1923, un reducido grupo de ribadenses se citaron en Casa Gallo, uno de los salones de banquetes más afamados de Buenos Aires y cuyo propietario era Antonio Gallo, natural de la parroquia ribadense de Arante. Acudieron, entre ellos, Eliseo Pulpeiro, fundador de la revista Céltiga; el destacado galleguista Lino Pérez; Clemente López Pasaron, periodista y pintor; Laureano García, propietario de la famosa librería bonaerense“Oucinde , con la única idea de crear el Centro Ribadeo y sus Distritos, y se constituyó una comisión provisional, presidida por Antonio Gallo; vicepresidente Antonio López (hijo); secretario Tomas Iglesias; prosecretario Antonio Reigada; secretario, José R. Salvatierra; pretesorero, Antonio Iglesias; vocales, Constantino R. Salvatierra, Manuel Iglesias, Manuel Díaz, Manuel F. Gutierrez, Antonio López, Julián Ares, Laureano García y José Benito Rico.

En un principio fueron unos cincuenta los ribadenses que se sumaron a la iniciativa; en 1925 el número de socios ya superaba los 300. Entre los fines principales, según los estatutos, figuraba estar en permanente contacto con la colectividad ribadense, lo cual proporcionaba una estrecha colaboración tanto en lo personal como en lo referente al mundo empresarial, así como ayudar a aquellos que llegaban en busca de una vida nueva a la capital bonaerense. Crearon una Caja de Protección al socio, para afrontar cualquier necesidad, como gastos de sanidad (internamiento en hospitales, medicinas) e incluso el pago de pasajes de retorno a Ribadeo, en el caso de falta de recursos. Siendo a 31 de diciembre de 1925, el capital social era de 3.898,69 pesos argentinos.

El papel de las mujeres

En aquellos años, nuestros cotorréanos ya le querían dar protagonismo a las mujeres ribadenses y dentro del centro, se creó la denominada Comisión de Señoritas, teniendo un organigrama propio e idéntico, siendo su presidenta Amadora Fernández. Ellas se encargaban de la organización de los eventos, entre otras actividades. Fueron diversos los festivales benéficos, los cuales con muchísimo éxito se constituían en verdaderas reuniones familiares de toda la colectividad ribadense. No faltando a la cita, fechas significativas como el 8 de septiembre, Día da Patrona; 12 de octubre, Día da Raza; 25 de julio, Día de Galicia, así como Carnavales y Navidades.

Con motivo del quinto aniversario del centro, la comida?homenaje se le rindió a la prensa, acudiendo diversos periodistas argentinos y de la prensa regional gallega, interviniendo Suarez Picallo como representante de los medios gallegos.

En dicho acto se dio a conocer el proyecto de la creación en Ribadeo de la Biblioteca Popular Circulante, y se solicitó la colaboración económica de los allí presentes, recaudando 880 pesetas.

Camilo Barcia Trelles, uno los promotores de tal iniciativa, escribió en el Pueblo Gallego: «No hay palabras suficientes para enaltecer, como se merece, la ayuda prestada a la cultura popular por los hijos de Ribadeo emigrados; en su mayoría gente modesta, pero enamorada de cuanto signifique expansión cultural democrática».

También el Centro Ribadeo realizo una aportación económica en 1929, para las nuevas escuelas públicas de nuestra villa.

La sociedad en sus primeros años de vida tuvo una gran actividad social, siendo el colectivo ribadense uno de los más importantes de Buenos Aires; a raíz de la Guerra Civil, fue a menos. Pero siempre que había algún acto, se dejaban ver por allí, entre los ribadenses, Francisco Lanza, fundador del semanario La Comarca y emigrado en 1931; Francisco Carames, un autodidacta, criado en Ribadeo, colaborador en diversos diarios españoles y destacado masón en Asturias; Augusto Barcia Trelles, ministro en la Republica, y Rafael Cardoso, alcalde republicano de Ribadeo.

La placa que hoy se descubre

El 25 de enero de 1931, se celebró el octavo aniversario del Centro Ribadeo y sus Distritos, y se rindió homenaje al semanario ribadense Las Riberas del Eo, al cumplirse medio siglo de vida; invitando al representante y colaboradores del semanario en Buenos Aires, así como a otros representantes de periódicos regionales. Entre las muchas propuestas que eran realizadas por los asistentes, como era costumbre a la hora de los postres y cafés, en las Xuntanzas Ribadenses surgió la de solicitar al Ayuntamiento de Ribadeo que diese el nombre de Buenos Aires a una calle o plaza. Tres años después, en 1934, se descubrió la placa que da el nombre a la calle, que fue pagada por el Centro Ribadeo y sus Distritos. Hoy, después de permanecer muchos años en el olvido, se vueltvea colocar en su lugar, para que perdure en la memoria de todos los ribadenses, la emigración a Argentina y en general a toda América