Deudas históricas con A Mariña

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera ¡YA EN 1880 SE RECLAMABA MEJOR COMUNICACIÓN ENTRE VIVEIRO Y FOZ!

A MARIÑA

02 nov 2016 . Actualizado a las 13:02 h.

Cuando estudiábamos en los Institutos de Enseñanza Media de Lugo, descubrimos que no era igual vivir entre murallas que de cara a la mar. No sólo por el clima. También por las expectativas al vivir entre gentes de la Galicia profunda, cautiva del nacional catolicismo, diferente a una Galicia que limita al norte con Inglaterra mar por medio. Allí, entre los cantones, la calle de la Reina, la Plaza del campo y la Ronda de la Muralla, la conversación giraba en torno a la comida.

Hoy corremos el riesgo en la orgullosa provincia de Mondoñedo -grave pérdida cuando nos fusionaron con los del sur- de pensar más en la industria y con acento asturiano, que en la magia de nuestros puertos, rías, faros, playas, monumentos civiles y religiosos que jalonan los cascos históricos de la antigua Britonia de Maeloc.

Por estas fechas, antaño

Por estas fechas, antaño, comenzaba la costera de la ballena. Por estas fechas, antaño, daba gusto comprobar la carga de trabajo de las factorías de salazón en las orillas del Cantábrico. Por estas fechas, antaño, las cetáreas rebosaban marisco, especialmente langostas.

Pero hay noticias que muestran la persistencia de una deuda histórica. Así en 1880, «el alma se nos cae a los pies cada vez que se contempla o se sufre el estado de las comunicaciones entre Foz y Viveiro». Mientras, se lanzaba un grito de indignación por la presencia depredadora de los franceses, comprando langostas a peseta la unidad. Y para rematar la historia, las graves dificultades de las pesquerías y salazones para poder colocar sus productos en el interior de España, por aquellas infernales comunicaciones terrestres. Por cierto, en 1919 se insiste en la necesidad de un ferrocarril entre Ribadeo y Lugo, que pase por Mondoñedo y por Villalba.

Sigue siendo noticia hoy

Siguen siendo noticia, pero temo que tales voces claman en el desierto, máxime cuando alguno tuvo la ocurrencia -le traicionó el subconsciente - de llamar a Galicia, «la esquina verde de España». Así la prensa de 1939, avisa sobre la importancia del conjunto: pesquerías, conserveras, comunicaciones, y ello a pesar de la presencia en Madrid -ya en 1932- de los representantes de la asamblea de pósitos, norte de Galicia, para constituirse en Asamblea Nacional.

Siglo XXI, y en las mismas

Siglo XXI. El norte Cantábrico de Galicia sigue igual. Aquí los cambios son tan lentos que cuando llegan nuestros vecinos, los vascos ya están de vuelta.

Podíamos disfrutar de un maravilloso parque temático ballenero, recuperar alguna de esas históricas industrias de salazón para mostrar su pasado. Deberíamos hacer de Mondoñedo y San Martiño el núcleo de nuestro orgullo cultural-la cultura es inversión productiva- y evitar que la actividad pesquera, santo y seña de la Galicia costera, se muera con las últimas generaciones de gentes que han vivido la pesca como fuente de riqueza y empleo.

Resumo: sector primario, industrias de transformación y parques temáticos sobre la riqueza arqueológica y costumbrista de nuestra zona pueden y deben ser motor del cambio, unido naturalmente a las infraestructuras de comunicación a las que tenemos derecho desde siempre, que venimos reclamando desde siempre y que aún hoy continuamos reivindicando como antaño. Igual.

Pablo Mosquera, médico, exdiputado en el Parlamento vasco.