«La vela, para nada es elitista»

Yolanda García Ramos
YOLANDA GARCÍA RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

Entre mañana y el domingo será la XXVI Semana Náutica de Ribadeo

03 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La XXVI Semana Náutica Ría de Ribadeo, organizada por el Real Club Náutico de Ribadeo que preside Ramón Acuña, comienza mañana. A las cinco de esta tarde se celebrará el V Trofeo Acisa, regata de crucero local, mientras que el viernes 5 será el I Trofeo Banco Sabadell de vela tradicional y el sábado 6 el VI Trofeo Real Club Náutico, con campeonato infantil de pesca, más el III Trofeo Seat Talleres Armando. Las citas continuarán hasta el día 10, siendo la entrega de premios el sábado 13, a las 20.00 horas.

-Son ya 26 años. Es un clásico estival. ¿Qué significa para Ribadeo esta cita?

-Para nosotros es una trayectoria que venimos asumiendo desde hace 26 años y en este caso se trata de dar satisfacción a los socios que están fuera de Ribadeo y que ahora en agosto vienen a disfrutar en sus vacaciones.

-¿Es un evento competitivo?

-Es competitivo sí, pero la competición está básicamente enfocada a socios que el resto del año no participan en las actividades. Son regatas que ni son puntuables ni autonómicas, en las que tratamos de involucrar a los socios que están fuera porque Ribadeo es un punto muy importante en cuanto a embarcaciones de vela tradicional. Queremos ser un punto de encuentro y seguir promocionando la vela ligera.

-¿Qué porcentaje del asociado reside fuera de Ribadeo?

-Representan entre un 65 y un 70% los socios que no están constantemente en Ribadeo y dentro del porcentaje es alto el de los que viven en Madrid.

-Además, el Club Náutico de Ribadeo tiene la categoría de Real.

-Real es por el número de socios. Rondamos los mil. Este es un club que tiene una larga tradición y aparte, tiene un número muy importante de embarcaciones: 641 plazas de amarre. Por otro lado, en el club hemos tenido la visita de Su Majestad El Rey emérito y personajes importantes de la vida social española, como expresidentes de gobierno, directores generales... Ribadeo siempre se caracterizó por tener una masa social grande, por estar bien situado en cuanto a personalidades.

-¿Puede dar a veces la imagen el mundo de la vela de ser algo elitista?

-La vela, para nada es elitista. Puedo decir que en el club hay un porcentaje alto de personas de gran relevancia pero otros somos de clase media, trabajadores, gente en paro, pescadores... Esa heterogeneidad define un club social y este está abierto a la participación de todo el mundo, sin importar la clase social ni el nivel económico. Yo, además, soy voluntario del programa Gavea, en el que estamos volcados, de participación de personas con discapacidad. Ribadeo está siendo pionero, al punto de que uno de los programas que hay en mente es hacer una escuela de vela inclusiva, en la que todo el mundo pueda participar, desde personas con discapacidad hasta críos.

-Comenta precisamente que la vela puede servir para «sacar a los críos de tanta consola y tanta televisión». Yo añadiría... y del Pokémon Go.

-¡Eso ya me parece una locura! El Náutico de Ribadeo se caracteriza por poner el mayor esfuerzo posible en que la vela sea iniciática y los niños la practiquen desde pequeños. De hecho, queremos abrir las instalaciones a ayuntamientos limítrofes como Trabada, Barreiros, Vegadeo, Castropol... para que todos puedan participar de nuestras actividades, sin cortapisas. Queremos que la juventud se encariñe con el mar pues los niños van adonde los padres los enfocan y nos gustaría que los enfocasen a la vela, que no es algo tan rompedor como el fútbol. La vela suma inteligencia, meteorología, observación de la naturaleza y esfuerzo, es un deporte integral que libera la mente y que permite disfrutar del placer de la navegación.

-Por cierto, ¿cómo se llama su barco?

-Rasputín. También paso el verano en el Laiom, donde navegamos con personas con discapacidad y Down.

-¿Recuerda la primera vez que se subió a un barco y navegó?

-En 1964. Ya llovió. Lo hice como marmitón de un buque carbonero. Pero con anterioridad ya había navegado con mi padrino, siendo niño.