«No soy un árbitro tarjetero»

Ignacio Meitín Buján
I. MEITÍN BUJÁN RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

Al colegiado ribadense no le asusta su nuevo reto en la Segunda División de fútbol sala. «Cuanto más arriba, más fácil es arbitrar», considera

20 jul 2015 . Actualizado a las 08:36 h.

Javier Menéndez (Ribadeo, 1985) agarró un silbato por primera vez hace nueve años. Y no precisamente por vocación. «Empecé un poco por casualidad en A Coruña con una amiga y compañera de clase. Desde entonces fui dando pasitos hacia adelante; de las categorías inferiores y ligas locales pasé a Tercera División, donde ya se nota un salto de calidad y estuve tres años. En el 2012 ascendí a Segunda B y esta temporada llegó el ascenso a Segunda...», relata el colegiado ribadense, adscrito a la Delegación de Viveiro y que acaba de convertirse en el segundo colegiado mariñano que alcanza la división de plata. Antes lo había logrado José Luis Naray.

-¿Fueron muy duras las pruebas de acceso a Segunda?

-Más de lo que esperábamos todos, la verdad, aunque supongo que es lo propio. Ante un salto de tanta responsabilidad es normal que sitúen el listón tan alto.

-¿Cuál fue la situación más compleja que les plantearon en la prueba teórica?

-En la parte teórica llevaba muy bien preparada la materia de reglamento, pero son esas situaciones hipotéticas, como la de que si un jugador sale de la pista y comete una infracción sobre un sustituto del equipo contrario, las que te hacen dudar. En la pista utilizas el sentido común y rara vez tienes problemas, en el papel es más complicado detallar la medida más justa.

-¿Le cambiará mucho la vida este ascenso? Para empezar, los viajes son mucho más largos...

-Espero que no me cambie mucho más... Con el tiempo lo iremos viendo.

-¿Y económicamente? ¿El salto es muy grande?

-Esta es una pregunta que me hace mucho la gente y a todo el mundo le explico lo mismo. Económicamente se da un buen salto, como es lógico, pero con todo no estamos hablando de los sueldos que se manejan en el fútbol. Hay que hacer ver a la gente que esto no es solo arbitrar y cobrar, detrás de un partido hay muchas cosas: una preparación, un viaje, una concentración, la responsabilidad que conlleva y, cómo no, las repercusiones que puede tener.

-Cuanto más arriba, ¿más complicado es arbitrar?

-No, todo lo contrario. Cuanto más arriba, más fácil es arbitrar. Básicamente porque los jugadores saben el reglamento y están más centrados en hacer bien su trabajo. Son, en definitiva, más profesionales y a los árbitros eso también nos ayuda.

-¿Cuál fue el partido más difícil de su carrera?

-Cuando hay ascensos o descensos en juego la cosa casi siempre se complica. Por poner un ejemplo, el Narón-Noia de la pasada temporada, en el que ambos equipos se jugaban muchas de sus opciones al título, había mucho público, los jugadores estaban muy metidos... Son partidos complicados pero a la vez muy bonitos.

-No me creo eso de que los árbitros no escuchan lo que les dicen desde la grada

-Hay que comentarios que sí escuchas, sobre todo cuando el partido está detenido, pero la mayor parte del tiempo estás tan concentrado que no eres consciente de lo que pasa o se dice en la grada. Le ocurrirá lo mismo a los jugadores.

-¿Alguna vez ha visto en peligro su integridad?

-Sí, alguna vez intentaron agredirme. Esto suele ocurrir sobre todo en las categorías más bajas.

-Fue jugador del Ribadeo FC. Eso le facilita las cosas, ¿o no?

-Me ayuda a salir airoso en muchas situaciones, sobre todo cuando los jugadores recurren a la picaresca para tratar de engañarte.

-¿A cuántos jugadores habrá expulsado en su carrera?

-No me considero un árbitro muy tarjetero, pero con de más de 700 partidos dirigidos es normal que haya tenido que expulsar a algún que otro jugador.

-Y le habrá tocado arbitrar a muchos amigos y conocidos.

-Las amistades se dejan a un lado en la cancha, pero reconozco que se hace difícil.