No hay que darle muchas vueltas a la realidad para apreciar el estado en que se encuentra en césped del estadio Pepe Barrera de Ribadeo, donde nos jugamos el cincuenta por ciento de los puntos que nos exigimos para cumplir lo objetivos marcados esta temporada. La realidad dice que los equipos se juegan en casa más de la mitad de sus metas, pues es el lugar en el que realmente se hacen fuertes y consistentes. Así lo ha demostrado el Chantada en nuestra categoría, con pleno de triunfos ante su afición.
No es fácil competir en un terreno en estado calamitoso, pésimo. El Ribadeo ha dejado escapar al menos 9 puntos en casa (estaríamos segundos con 7 de ventaja sobre el tercero). A la hora de buscar motivos de esa sangría, la conclusión es que el estado del campo nos ha marcado. Se han producido lesiones musculares y traumáticas importantes y de larga duración (Cristian, Isma, Oscar, Javi, ...). No podemos entrenar en el campo, ya que preferimos que los problemas no se agraven.
Un terreno de juego en mal estado también condiciona el estilo del Ribadeo. Nos gusta llevar la iniciativa y eso se vuelve más complicado sobre un césped impracticable, que favorece a los equipos que vienen defenderse y a arañar puntos.
Comentando una y mil veces esto con el presidente, él dice que hace más de cincuenta años que no se le ha tocado al césped, creo que es el único caso en la provincia, independientemente de que él mismo trate de mantenerlo lo mejor posible, dedicando gente y dinero propio a tal fin.
He intentado colaborar con el club para así hacer un Ribadeo más fuerte. He conseguido que clubes importantes como son Celta y Oviedo estuvieran presentes en el trofeo Emma Cuervo de una forma desinteresada. Pero lo único que me criticaron sus respectivos directores deportivos fue que el césped no cumple los requisitos adecuados para que los equipos de élite actúen sobre él.
El Pepe Barrera alberga hasta cuatro partidos de base los fines de semana. Esto favorece al deporte y al futbol de Ribadeo. Pero las condiciones del terreno son propicias para la formación del jugador. Si pueblos con muchos menos habitantes disponen al menos ya de dos campos de futbol, uno de ellos de hierba artificial, ¿por qué Ribadeo no?