«Tamén é mala sorte». Era el comentario que se prodigaba ayer por la noche en las calles de Viveiro. Centenares de personas, que abarrotaban esquinas y portales del casco viejo, se quedaron sin ver la primera de las procesiones, de la Última Cena. (Se ofrece más información en las páginas de Sociedad).
Al cierre de esta edición casi todos en Viveiro estaban pendientes del cielo, de si la lluvia daba un respiro y permitía que saliese la procesión del Prendimiento. Muchos recordaban el pasado Viernes Santo, cuando se suspendieron los actos por la lluvia y el mal tiempo. Un año de preparativos, de trabajo, que se quedaba en nada. La frustración era general, entre lugareños y visitantes, que veían con fastidio cómo se comenzaba a estropear el puente festivo.
Así las cosas, hoy la lluvia dictará sentencia. La expectación es grande porque son muchas las personas que están pendientes de ello.
Si se cumple el programa y el tiempo lo permite, a las diez de la mañana se representará El Encuentro, con los pasos de Jesús con la Cruz a cuestas o El Cristo que cae, La Dolorosa y San Juan y la Verónica. A las seis y media de la tarde tendrá lugar la segunda escenificación, el Descendimiento. Y una hora después partirá la procesión del Santo Entierro, con los pasos de La Magdalena, San Juan, El Santísimo Cristo Yacente y La Virgen de la Soledad. La siguiente procesión será la de la Pasión, con los pasos de El Prendimiento, El Ecce-Homo de la Misericordia, Las Siete Palabras, El Cristo de la Piedad y María al pie de la Cruz. Llama la atención el paso de Las Siete Palabras, que representa el Calvario con el Cristo de la Agonía, que avanzará portado por 99 llevadores y que pesa 2.200 kilogramos.
Os Caladiños
A la medianoche será el momento de la procesión de La Soledad, conocida como la de Os Caladiños.
Un programa que, con el resto de actos del día, concita en Viveiro a miles de personas. Todo está listo en la ciudad, pero la lluvia tiene, un año más, la palabra.