Alberto Aguado (Gijón, 1969) realizó anteayer con chavales del instituto donde da clases desde hace cuatro años, el Illa de Sarón, una observación nocturna de las estrellas.
-¿Cuándo le entró el gusanillo por la astronomía?
-La primera vez, cuando era un chaval y se compró mi padre un telescopio. Después quedó en el olvido. Me compré otro con los años y volví a aficionarme. Hace dos años nos fuimos a Gandarío con un premio que ganó el instituto, llevé el telescopio y vi que le gustaba a los chavales. El año pasado intentamos observar las estrellas pero con resultados malos porque llovió. Este año ya es la cuarta vez que lo intentamos.
-¿Qué pudieron ver anteayer?
-Vimos Marte. Hacia las ocho o nueve de la noche lo tienes casi arriba. Cada dos años está más cerca. Ahora se ve muy bien. Ves un punto pequeño redondo pero como sabes que es Marte ya es otra cosa. Le gustó a los chavales. También vimos la galaxia de Andrómeda y la nebulosa de Orión.
-Hace falta paciencia.
-Paciencia para montar los aparatos y ponerlos a funcionar. Uno de los telescopios es mecánico y hay que alinearlo bien. El otro es electrónico y se alinea utilizando dos estrellas.
-¿Observó alguna vez un fenómeno extraordinario o raro en el cielo?
-Vi de día hace dos años un meteorito que cayó bastante grande y lo vimos caer por Santiago. Fue lo mas raro que vi yo en el cielo.